Por María Traspaderne
El Festival Internacional de Cine de Marrakech, que cumple 20 años descubriendo los nuevos talentos del séptimo arte, comenzó con un homenaje al actor danés Mads Mikkelsen en una gala sobria y sin alfombra roja, marcada por el conflicto en Oriente Medio y el terremoto que sacudió la región el pasado septiembre.
La apertura de la vigésima edición del festival fue la más comedida que se recuerda. Los actores y directores caminaron por una alfombra vacía bajo la espectacular entrada del Palacio de Congresos de Marrakech (Marruecos) y se encontraron con los periodistas una vez en el interior del recinto, en un espacio reservado para tal fin.
“Sabemos lo que está pasando, no nos olvidamos, cómo podemos olvidarlo. Pero el arte es importante, es un arma contra la oscuridad, contra el conflicto y contra muchas cosas”, afirmaba a las cámaras en ese lugar la directora del festival, Mélita Toscan du Plantier.
Y destacaba que el festival tiene como objetivo ayudar también a directores de la región de Oriente Medio. “Tenemos una película palestina y alguna otra película de África, por lo que no queríamos cancelar. Nos necesitan, Marruecos necesita este festival y el cine necesita estar vivo”, añadía.
En la ceremonia, la presidenta del jurado, la actriz estadounidense Jessica Chastain, destacó que hace unas semanas ni siquiera se sabía si el festival se iba a celebrar, y resaltó el poder del arte en un mundo “roto y dividido” como el actual.
Chastain, que preside un jurado que calificó de “histórico” al estar compuesto por 6 mujeres y 3 hombres, defendió el cine como un instrumento para romper barreras y animó a todos “a coger un pincel, un instrumento, un lápiz o una cámara” porque, “en estos momentos, en todo el mundo necesitamos arte que cuente la verdad”.
La gala estuvo dedicada al actor danés Mads Mikkelsen, conocido por The Hunt, Casino Royale o la serie Hannibal, que acaba de estrenar su papel protagonista en Bastarden, representante de Dinamarca en los Oscar.
El intérprete recogió el galardón de manos del actor Willem Dafoe y recordó en su discurso que en Marrakech tuvo la suerte de conocer a sus “héroes”, personalidades como Martin Scorsese (que este año también acude al festival) o Robert de Niro, que fue homenajeado en la edición de hace 5 años y al que calificó de “gigante entre los gigantes”.
En la edición 2023 de este festival, al que fue invitada EFE por la organización, se proyectarán 75 películas de 36 países en 5 secciones. En la oficial, 14 películas de directores noveles se disputan la Estrella de Oro.
Además de cintas de África y Oriente Medio, entre las seleccionadas para la Sección Oficial hay 2 coproducciones sudamericanas: “El otro hijo”, del colombiano Juan Sebastián Quebrada, y “Penal Cordillera”, del chileno Felipe Carmona.
Sus historias se entremezclan con otros filmes que muestran realidades muy diferentes de países como Mongolia o Madagascar, todas ellas con un elemento en común: son las primeras o segundas obras de sus directores.
Y es que el Festival de Marrakech tiene como objetivo la búsqueda de nuevos talentos y por eso organiza unos talleres para impulsar la producción de nuevas películas, que este año contarán con Scorsese como tutor de lujo.