Por *Mtra. Ruth Holtz
El cambio de mentalidad es uno de los logros más fundamentales a conquistar en una psicoterapia. Las personas suelen “ahogarse en un vaso de agua” cuando sólo están inmersas en su conflictiva emocional, en su dolor y en las dificultades que tienen en sus relaciones. Es decir, ven las cosas de un muy particular punto de vista, y sin perspectiva de lo que significa para su caminar en la vida.
Cuando alguien acude a psicoterapia está viendo su situación casi siempre desde una posición de víctima. Esto es algo así como “mira lo que me hicieron”, “las circunstancias me fueron adversas”, “me lastimaron”, “estoy decepcionado de cómo me respondieron”, “la situación fue muy difícil para mí”, etcétera.
Por otro lado, todos tenemos una historia inconsciente con patrones repetitivos basados en nuestras situaciones dolorosas, inconclusas o que representaron una ruptura grave en nuestro bienestar. Vemos las cosas desde la manera en que “nos fue”. Típico que se suele decir “si le picó la serpiente, luego tiene miedo hasta de las lagartijas”. Esto denota esa actitud defensiva que puede atascarnos y dañar las oportunidades que se nos presentan por prejuiciarlas con nuestros miedos y resentimientos.
La psicoterapia representa ese “espacio vital” donde podemos encontrar otra visión de nuestra vida. Al hacer esto podemos abrirnos a otras alternativas para resolver nuestros problemas o incluso, renunciar a aquellas situaciones, personas o soluciones que tanto insistimos en mantener como única opción. Dejar el pasado atrás no sólo es cuestión de curarse, pues no siempre se puede sanar todo, no solamente es verlo con otros ojos, sino también es renunciar a esa forma de vida, a esa manera de sentir o de reaccionar, es resignarse. Esto implica que estamos dispuestos a dejar de ver las cosas de un modo y estamos abiertos a verlo desde otra perspectiva.
En la psicoterapia llevamos a la persona a reconocer el origen de su dolor, a desahogarlo, resignarlo, y a tomar las decisiones si hay una solución alterna o una manera de dejar esto “sellado”, retirar la energía allí concentrada, comprender y, una vez aprendida la lección, emprender un camino nuevo, con otra perspectiva ante la vida. Dejar el pasado atrás es no vivir para remediarlo, sino voltear nuestra mirada a otro lado para vivir el hoy y construir un futuro con nuevas motivaciones. Y es que “entonces era entonces, pero ahora sólo hay tiempo para la libertad”, no para seguir sufriendo.
Como parte del proceso hay que recobrar el corazón, volver a sentir de manera pura y verdadera. De este modo es posible conectar auténticamente con otras personas y sentir la plenitud de cada momento. Recobrar nuestro corazón puede implicar trabajar con los resentimientos, poder perdonar, resignar y poder encontrar esa otra visión también en nuestra forma de amar. Es una gran responsabilidad la influencia que podemos tener con los sentimientos que amasamos, con las emociones que emanamos.
“Recobra tu corazón” es el nombre del taller que daré el 16 y 17 de febrero (6 horas) con una conferencia de introducción gratuita en la Casa del Archivo el 15 de febrero a las 7:30 pm. Es una gran oportunidad para encontrar otra visión y recobrar tu corazón. Inscríbete, asiste, inicia tu tratamiento. La casa del archivo se encuentra en Independencia 79 col. centro.
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