Por Rogelio Guedea
Viri Valencia, morenista
Lo primero que podría destacar de Viri Valencia es su ímpetu vital. Es una mujer en la que, a simple vista, adviertes una energía inagotable. Es, además, abordable, franca y prácticamente sin filtros. Como en todas las entrevistas que realizaré, en esta primera no es la excepción: quiero dar a conocer de primera mano a la persona que hay detrás de la figura pública y a la inversa. Viri Valencia, de filiación morenista y ahora firme candidata a la alcaldía de Colima, nació hace 31 años, tiene 3 hijos y una familia de gran tradición en el ámbito restaurantero tecomense. Su abuela materna, mujer a la que admira por su fortaleza y por haber sacado sola a 12 hijos adelante, es la propietaria del restaurante Sobre las olas, de gran tradición en el municipio iguanero. Su madre (“un roble” para Viri) siguió los mismos pasos de su abuela y pronto abrió un restaurante de mariscos también. Por eso, la infancia y juventud de Viri transcurrieron o bien detrás del restaurante (en la cocina, pelando camarón y aliñando pescado) o bien delante (atendiendo a los comensales). Es algo que recuerda con mucho cariño y como algo muy formativo en su vida porque, finalmente, lo que ha hecho siempre ha sido servir a los demás. Reconoce que tuvo una infancia muy feliz, de mucha convivencia entre primos y primas, que eran más de 20 y todos casi de su misma edad, embadurnados siempre por la arena de la playa, y que en su etapa escolar combinó tanto escuelas públicas como privadas. Pero un día, sobre los 17 años, su vida cambió. Mientras tendía la ropa empezó a cantar una canción de Alicia Villarreal: “Te quedó grande la yegua”. Entonces, una de las trabajadoras le dijo a su mamá que su hija (o sea Viri) cantaba muy bien, y desde ahí descubrió un talento que la ha acompañado hasta la fecha y del cual, pese a las críticas que ha recibido, se sienta orgullosa. Críticas sin sustento, podría agregar yo, porque a mí tampoco ninguna dignidad me quitó aquella etapa de mi vida cantando boleros en bares para ganarme la vida. Viri cantó en Tecomán para un grupo de rock y luego para un grupo versátil, y después decidió tomar una decisión que cambió el rumbo de su vida. Viniendo de una tradición de mujeres fuertes (como su madre, como su abuela), Viri heredó también un carácter determinado y un buen día le dijo a su madre que se vendría a Colima a seguir sus sueños en la música. Esta decisión no fue nada fácil para ella pues su madre, contrario a lo esperado, le contestó con una frase contundente: “si te vas, olvídate de que tienes madre”. La pasión de Viri por la música fue más grande que la amenaza de su madre y partió. Por fortuna, el desencuentro con su progenitora no duraría mucho tiempo (seis meses solamente) pero su vida como cantante en diferentes restaurantes de Colima no sería tampoco miel sobre hojuelas, pues hubo días en que literalmente no tenía dinero ni para comer y tenía que irse a tocar con su querido amigo Miguel Ángel Cortés para sacar la comida del día. Viri reconoce que, en medio de lo que estaba viviendo, se dio cuenta de que la vida que la rodeaba en la música no iba a ser para ella y por eso decidió, nuevamente, cambiar de rumbo y estudiar en la Univa la carrera de Derecho, porque por sus venas corría también otra pasión indoblegable: la política. Se recuerda desde niña en ciertos liderazgos escolares, participando siempre en clase, siendo maestra de ceremonias, siendo jefa de grupo, y en una ocasión cuenta que conoció al extinto exgobernador Gustavo Vázquez Montes, cuya presencia le impactó mucho. En ese tiempo Vázquez Montes era presidente municipal de Tecomán y Viri no olvida que un día de visita en su escuela lo vio y le dijo: “yo un día voy a ser como usted”. Viri Valencia chisporrotea palabras mientras hace el recuento de su vida. Se va deteniendo en los momentos clave de su trayectoria y de su formación. Confiesa que no le dan miedo las luces, los escenarios, sino al contrario: el contacto con la gente es su zona de confort. Es donde se siente libre y resuelta. Se reconoce también una mujer honesta y fuerte, como su abuela y su madre, a quienes admira, y por eso está dispuesta a luchar por cada uno de sus sueños. Cuando le pregunto sobre la circunstancia crucial de su ingreso a la política, luego de pasar por el mundo restaurantero y musical, que sigue llevando con orgullo en sus entrañas, confiesa que fue justo después de haberse graduado como abogada en la Univa. El momento preciso fue cuando conoció a Indira Vizcaíno, entonces en el PRD y preparando su campaña para la diputación federal. Desde entonces empezaron a trabajar juntas. A Viri le correspondió la organización política desde la cuota perredista para jóvenes donde siguió poniendo en práctica su experimentada vocación de servicio. Posteriormente trabajaron para la elección del 2018, ya desde Morena, correspondiéndole armar la estructura electoral en la entidad, logrando el triunfo histórico de Andrés Manuel López Obrador, que recuerda con alegría. Viri Valencia admite que la política estaba también en su destino y que todo lo que hizo antes fue prepararla para ello. El momento que detonó su carrera, eso sí, fue durante su posición como diputada local, en donde ya tuvo que poner en práctica sus habilidades de gestión y negociación política, y que después la llevaron a ser delegada de programas para el Bienestar de Colima, cargo que ostentó hasta hace muy poco que dio paso a sus aspiraciones a la presidencia del gobierno capitalino. Cuando le pregunto qué es lo que busca para Colima de llegar a la presidencia municipal, Viri Valencia no titubea en decir, para empezar, que los tres órdenes de gobierno se alinearían (el nacional, local y municipal con Morena) y que ella cumpliría el sueño de tener un municipio que saliera de ocupar el primer lugar en violencia a nivel mundial y trabajar en favor de los más desprotegidos. Prefiere no hablar mucho para luego no darse un balazo en un pie, pero tiene un gran proyecto para Colima que espera cumplir. Giro un poco la vista y alcanzo a ver en su bolso un libro. Le pregunto que, si le gusta leer y, sin titubeos, me lo confirma. Lee todos los días, luego de la comida, en esas dos horas que se toma de descanso, porque todo el resto del día lo dedica a trabajar. Finalmente, Viri Valencia no quiere dejar de mencionar algo que considera insoslayable: el lugar que ahora ocupa la mujer en la política. Le gustaría que la mujer ya no tuviera que ocupar posiciones por el tema de las cuotas de género, sino por ellas mismas, pero reconoce que se ha avanzado mucho y espera que algún día se dé de manera natural esa paridad entre hombres y mujeres. Ella será parte también de esa transformación, concluye.
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