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COLUMNA: Paracaídas

PorRedacción

Feb 19, 2024

UdeC, sentido de pertenencia

Por Rogelio Guedea

Hace unos días el Rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, Christian Torres Ortiz, entregó nuevos nombramientos para un buen número de posiciones de trascendencia dentro del organigrama universitario. Además de la relevancia que esos nombramientos imlicó (son responsabilidades que impactan directamente en el buen funcionamiento de nuestra institución), lo que me llamó la atención fueron estas palabras del Rector, quien les pidió a los nuevos funcionarios “no olvidar el sentido de pertenencia de comunidad, de familia hacia la Universidad de Colima. Eso nos hace una institución diferente a las demás; porque trabajo hay en todas partes, así como gente competente y capaz, pero el sentido de comunidad, de pertenencia, es algo de por vida y que hemos formado en este periodo rectoral”. Esto es algo en lo que he estado pensando en los últimos cinco o diez años, sobre todo desde que por una razón u otra he tenido que experimentar el desarraigo, pero el desarraigo real de mi comunidad social y laboral. Donde mayores estragos ha causado la nueva división del trabajo (incluida la que implica el llamado home-office) es precisamente en el sentido de pertenencia a nuestra comunidad laboral, lo que es fundamental para mantener una verdadera salud laboral, porque a esta no sólo la constituye un salario o unas expectativas de crecimiento, sino también un ambiente y unas buenas relaciones humanas con todas las personas con las que convives día a día. Desde que inició su rectorado, me consta que el Rector Christian Torres Ortiz ha trabajado arduamente siempre en transmitir este mensaje y en crear condiciones para cumplir esta misión, pues sabe que es crucial para tener una comunidad universitaria unida dentro de su diversidad, entusiasta pese a los desafíos y estable pese a las incertidumbres. Yo mismo he experimentado en mi propio centro de trabajo, la Facultad de Letras y Comunicación, este sentimiento de estar trabajando en familia y de no estar solo en momentos difíciles, ni mucho menos en los venturosos. No creo que existan otras condiciones en las que se pueda trabajar si pretendemos que ese trabajo sea óptimo. Cuando en el trabajo, por la razón que sea, sientes que trabajas, y sientes que lo haces insufriblemente, entonces no sólo no existe ese sentido de pertenencia a una misma constelación laboral, sino también no existe de ti mismo un vocación o pasión por lo que haces, y entonces no queda de otra que cambiar de rumbo. Yo espero que no pocos entiendan que el mensaje del rector es profundo y no entenderlo tiene implicaciones importantes para el bienestar y éxito de nuestra Máxima Casa de Estudios, por eso creo que es necesario hacerle eco a esta avanzada y enfatizar su importancia, única forma en que podremos seguir robusteciendo este espíritu universitario.

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