La VIII cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) comenzó este viernes en el archipiélago caribeño de San Vicente y las Granadinas, en una cita con marcada por la presencia de mandatarios de izquierdas, entre ellos el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Venezuela, Nicolás Maduro, y Colombia, Gustavo Petro.
El coordinador de la presidencia pro tempore de San Vicente y las Granadinas, Douglas Slater, abrió la ceremonia, acompañado del primer ministro anfitrión Ralph Gonsalves, destacando el idílico paraje de la pequeña nación caribeña -un complejo hotelero situado en medio de colinas y frente al mar- donde tiene lugar una cumbre que reúne a los 33 miembros con el objetivo de lograr una integración regional efectiva en una región marcada por la diversidad de los países.
Con el período de la presidencia pro tempore de San Vicente y las Granadinas llegando a su fin, traspasando el mandato a Honduras, que cuenta en la cumbre con la representación de la presidenta centroamericana, Xiomara Castro, la ministra de Exteriores y Comercio Exterior del país caribeño, Keisal Peters, presentó el informe de los logros durante su presidencia, que aborda temas claves, como el intento de avanzar en una integración regional.
“Los debates continuarán en el tipo de estructura” de la Celac “por el futuro de este mecanismo regional”, anunció Peters, para quien resulta “evidente que la estructura actual tiene sus límites y un número de países se ha movilizado por el cambio”, pero también hay otros miembros que del mismo modo han solicitado que se mantenga el sistema actual, de manera que los pros y los contras están ahí, para “consolidar este mecanismo de integración”.
Una de las peticiones más reiteradas es la creación de una Secretaría General para coordinar de mejor modo la labor de la Celac, además de para dar continuidad a la labor de las sucesivas presidencias.
Otro de los aspectos que la canciller abordó en su informe fue el impulso a la recuperación de los efectos de la pandemia del coronavirus, una tarea que se ha complicado a causa el impacto global de las guerras en Ucrania y Gaza, disparando la inflación y aumentando la pobreza y las desigualdades en la región.
En este sentido, se impulsaron planes de seguridad alimentaria y de erradicación de la pobreza, así como un programa de salud regional para el estudio, desarrollo, producción y distribución de medicamentos.
También expresó su preocupación por los efectos del cambio climático y la sostenibilidad medioambiental, una situación que causa la “vulnerabilidad” de los países de la región frente a los desastres naturales, especialmente en las naciones insulares, como es el caso de San Vicente y las Granadinas, sede de la cumbre.
La reunión de jefes de Estado y de Gobierno latinoamericanos y caribeños finaliza este viernes. En la cita participan ocho presidentes, todos ellos de izquierdas, lo que evidencia la fragmentación de un organismo regional al que no asisten mandatarios de centro ni de derechas, como Javier Milei (Argentina), Daniel Noboa (Ecuador), Santiago Peña (Paraguay) o Luis Lacalle Pou (Uruguay).