Sáb. Nov 23rd, 2024

COLUMNA: Ciencia y futuro

Por Redacción Abr9,2024

Las rutas de escape de las células cancerígenas: autofagia y metabolismo, ¿cómo combatirlas?

Por Doctora Liliana del Rocío Torres López*

El cáncer es una enfermedad donde un conjunto de células malignas y no funcionales se reproducen de forma descontrolada, pudiendo establecerse como un tumor en el sitio donde se desarrollaron, o expandirse a otros tejidos; este último caso suele recibir el nombre de metástasis.

A continuación, se presentan algunos datos generales sobre el cáncer, obtenidos de la base de datos Globocan con información del 2020. Los 3 tipos de cáncer con mayor incidencia a nivel mundial son: cáncer de mama, de próstata y de pulmón, siendo el cáncer de pulmón y próstata los que más se presentan en hombres, mientras que el cáncer de mama se diagnostica 3 veces más que cualquier otro tipo de cáncer en mujeres. En ambos sexos, el cáncer con mayor índice de mortalidad es el de pulmón, seguido por el de mama. Esta misma tendencia se conserva en todas las etapas de la vida, exceptuando la infantil, donde el tipo con mayor incidencia y mortalidad es la leucemia.

Si bien existen diversos tratamientos para tratarlo, desde la quimioterapia tradicional, radioterapia, inmunoterapia, pasando por los trasplantes de células madre hasta la cirugía para erradicar el tumor, se ha descrito que, en no pocos casos, algunas células formadoras del tumor adquieren cierta resistencia al tratamiento convencional, de modo que entran en un estado “de espera” donde no proliferan mientras el tratamiento está activo, pero una vez que la terapia termina, estas células continúan con el crecimiento del tumor. En muchas ocasiones, este tumor es más agresivo, resistente y con algunos cambios o adaptaciones que le permiten seguir creciendo y hacer metástasis a otros tejidos.

Dentro de las adaptaciones que se han descrito para estos tumores existe un mecanismo celular llamado autofagia. Si bien esta palabra suena muy extraña, el proceso de autofagia es algo que de forma convencional realizan cualquiera de las células que forman nuestro cuerpo, y es tan importante, que en el 2016 el científico Yoshinori Ohsumi fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina por describir los mecanismos por los que se desarrolla la autofagia.

Esta consiste en que la célula toma estructuras internas que ya no le sirven o que son dañinas y las degrada, de modo que pueda reciclarlas y utilizarlas para seguir viviendo y proliferando. Este mecanismo lo realiza cualquier célula sana cuando se encuentra en condiciones de estrés o ausencia de nutrientes. El mayor problema es cuando una célula cancerígena, que es atacada por un tratamiento contra el cáncer, usa esta autofagia para sobrevivir y continuar creciendo para formar un nuevo tumor.

Al respecto, se han desarrollado diversos trabajos experimentales en todo el mundo y nos dimos a la tarea de recopilar y estudiar toda esta información para comprender qué sucede con esta vía de escape y cómo podemos erradicarla. Nos dimos cuenta que la inhibición o eliminación de la autofagia es una estrategia cada vez más utilizada en estudios experimentales, incluso en fases clínicas para algunos tipos de cáncer, resultando una estrategia eficiente con grandes casos de éxito. Sin embargo, la inhibición de la autofagia conlleva cambios metabólicos que ocurren dentro de la célula, pudiendo adaptarse a las condiciones desfavorables.

Algunas de las adaptaciones metabólicas que se han descrito consisten en que la célula cancerígena, cuando se ve afectada por la inhibición de la autofagia, aumenta la captura, consumo y degradación de glucosa con la finalidad de producir mayor energía y sostener su elevada proliferación celular. En otras ocasiones, cuando dicha glucosa no está disponible, opta por la degradación de lípidos o la utilización de glutamina como fuente energética. Estos cambios metabólicos le permiten a la célula adaptarse a la condición adversa que ocurre tras el tratamiento anticancerígeno sumado a la inhibición de su anterior vía de escape (la autofagia).

Entonces, ¿qué hacer si pareciera que las células cancerígenas buscan siempre nuevas maneras de escapar de la terapia anticancerígena para no morir? La solución más prometedora consiste en una estrategia dual: inhibir la autofagia y el metabolismo al mismo tiempo, quitándole a la célula sus vías de escape, mejorando los tratamientos farmacológicos anticancerígenos o favoreciendo que estos funcionen contra los tumores resistentes.

En el laboratorio de Inmunobiología del CUIB en la Universidad de Colima, publicamos un artículo en la revista Cells, donde describimos más a profundidad estas rutas de escape de las células cancerígenas. Les recomendamos consultarlo en el siguiente enlace:https://doi.org/10.3390/cells12202486.

Finalmente, en el laboratorio de Inmunobiología trabajamos en estudiar esta estrategia dual y su efectividad en el tipo de cáncer más común de la etapa infantil: la leucemia; y tenemos las puertas abiertas para todos aquellos que deseen colaborar mediante la realización de tesis de licenciatura o posgrado.

*Posdoctorante adscrita al Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima

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