Un partido histórico regaló Monterrey y Tigres en su versión 135 del Clásico Regio en el Gigante de Acero, con el récord del gol más rápido en la historia en los enfrentamientos de ambas instituciones, donde Monterrey expuso “que la esperanza muere al último”.
Los felinos dirigidos por Robert Dante Siboldi, iniciaron la noche mágica para la afición regia. De los pies de Juan Brunetta se abrió el marcador antes del minuto uno, rompiendo el récord del gol más rápido en la historia en los enfrentamientos de ambas instituciones.
Un golpe duro para la afición rayada, que pese a ello no se cansó de alentar y pocos minutos después logró festejar el empate. Al 8’ Luis Romo igualó el marcador, de pierna derecha mandó el balón a la red, lastimosamente al 36’ tuvo que dejar el partido por lesión.
En los últimos minutos de primer tiempo, justo en el momento que parecía que se irían al descanso con el marcador igualado, Tigres volvió a causar daño y tomó la ventaja con una anotación de Fernando Gorriarán al 45′.
Al 46’ Juan Brunnetta, asistido por Andres Gignac, hizo su doblete y puso 3 a 1 el marcador aumentando la ventaja y desalentando a la afición rayada.
Ya con la anotación digerida, Rayados volvió a tomar el control del esférico y se acercó de nuevo en el marcador con un gol de Gerardo Arteaga al 62′.
Aunque parecía que el marcador finalizaba con el 3 a 2 a favor de los felinos, la esperanza de los rayados resurgió en la compensación del encuentro al 90+8′, German Berterame en conjunto con Sergio Canales logró igualar el marcador y dividir los puntos para ambas escuadras regias.