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ARTÍCULO: Los 300 años de Kant y sus respuestas al presente

Por EFE Abr23,2024 #Opinión

Por Rodrigo Zuleta

Alemania celebra los 300 años del nacimiento de Immanuel Kant, un filósofo determinante en la comprensión del mundo actual por sus aportaciones a la teoría de la razón, la moral y la política, en medio de una ola de publicaciones que confrontan la vigencia de su pensamiento con las tensiones geopolíticas actuales.

Nuevas aproximaciones biográficas como la de Volker Gerhardt, actos en varios lugares del país y uno central en Berlín donde participará el canciller, Olaf Scholz, su defensa radical de la dignidad humana y -ante la actual situación mundial- sus planteamientos para lograr un camino que ponga fin a las guerras marcan este aniversario.

“Hay puntos en los que Kant es absolutamente actual, por ejemplo, su ensayo Sobre la paz perpetua con la concepción de un orden de paz mundial”, dijo, en una entrevista con la revista Der Spiegel Marcus Willaschek, autor de Kant: la revolución del pensamiento, uno de los libros que han aparecido coincidiendo con el aniversario.

Kant, explica Wilaschek, considera que la paz exigía la garantía de que un estado no iba a atacar a otro y que esto podía darse en una federación de estados independientes. “Eso puede funcionar bien. La Unión Europea (UE) tiene una estructura similar a la que se imaginaba Kant y es el proyecto de paz más exitoso que haya habido nunca”, asegura.

De Königsberg a Bonn

Las celebraciones se vieron sacudidas por los acontecimientos y un gran congreso con más de 400 ponencias, que se celebrará entre el 8 y el 13 de septiembre, tendrá lugar en Bonn (oeste de Alemania) y no en Kalinigrado, la antigua Königsberg, ciudad natal del filósofo que hoy se encuentra en territorio ruso.

En la Universidad Bonn se ha fundado recientemente un Centro Kant en que hay proyectos que van allá del tratamiento de sus 3 obras claves que son la “Crítica de la razón pura”, la “Crítica de la razón práctica” y la “Crítica del Juicio”.

Así, por ejemplo, hay un proyecto sobre “Kant y el orden de paz internacional” y otro sobre “Kant y la migración”.

Hay otros elementos de la filosofía de Kant que suelen citarse en publicaciones recientes para mostrar su actualidad como, por ejemplo, la idea de que ningún ser humano puede ser considerado como un medio instrumento para que alguien logre unas metas determinadas.

Un punto álgido en las discusiones son elementos en la obra de Kant que pueden ser considerados como racistas, no sólo desde una perspectiva actual sino incluso desde los parámetros éticos que él mismo define en su obra.

Dentro de los libros que han aparecido en Alemania se destaca uno titulado El cielo estrellado sobre mi, que reproduce una serie de diálogos sobre Kant entre el filósofo Omri Boehm y el novelista Daniel Kehlmann.

Entre racismo y universalismo

En ese libro hay apartes en los que Boehm y Kehlmann -que había empezado una tesis doctoral de Kant en el momento en que se consagró como novelista- discuten sobre la dicotomía entre el universalismo moral que propone Kant, que debería llevar a condenar todo racismo y toda forma de colonialismos, y algunas frases suyas claramente racistas.

“Algunos sostienen que Kant era racista justamente porque era universalista”, dice Boehm, autor de un libro titulado Universalismo radical en el que defiende, desde Kant, la universalidad de los principios de la ilustración.

Una definición tan radical de lo que es el ser humano, explica Boehm, corre el riesgo de permitir la exclusión de aquellos que no se adaptan a esa definición. Pero Boehm advierte que sólo una definición radical permite postular la dignidad humana como algo inviolable.

Para Boehm, como para Kant, los principios morales no están dados ni por la cultura ni por la religión ni por Dios ni por la sociedad sino por la misma razón humana y cualquier ser humano puede reconocerlos dentro de su mismos.

Wilaschek en este punto se distancia de Boehm y advierte que la idea de la autonomía de los principios éticos es algo que se discute en medio de nuestras sociedades y que no es compartido en otras culturas y que ante ellas no basta con tratar de imponer la idea de igualdad de derechos, sino que hay que tratar de entrar en un diálogo.

Sin embargo, Wilaschek coincide con Boehm en que no hay no alternativa al universalismo ético dice que para él éste es más un proyecto político que un postulado teórico.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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