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EDITORIAL: La eterna alianza

PorRedacción

Abr 25, 2024 #Editorial

En un Mundo saturado de avances tecnológicos, donde la inteligencia artificial y el Internet parecen dominar cada aspecto de nuestra vida diaria, podría pensarse que el libro tradicional, ese compañero de hojas y palabras, ha quedado relegado al olvido. No obstante, en los pasillos y jardines de la Universidad de Colima se observa una realidad diferente, una donde los libros mantienen un papel protagónico en la vida de las y los estudiantes.

Los libros siguen siendo una fuente indispensable de conocimiento y aprendizaje. Más allá de ser meros receptáculos de información, encierran historias, contextos y reflexiones que no pueden ser completamente replicadas por ninguna pantalla o dispositivo.

La relación que las y los jóvenes universitarios desarrollan con los libros va más allá de lo académico; es una conexión que nutre el espíritu y agudiza el pensamiento crítico.

Si bien es cierto que las herramientas digitales ofrecen facilidades inimaginables, como acceso instantáneo a información ilimitada, el libro impreso ofrece una experiencia sensorial y cognitiva única. El tacto del papel, el sonido al pasar cada página, todo ello fomenta una relación íntima y profunda con el conocimiento que difícilmente se emula con un clic. Esa relación se transforma en un ritual de aprendizaje que, para muchos, se convierte en una pausa necesaria del vértigo digital que nos rodea. Además, la lectura profunda que promueven los libros es esencial para el desarrollo de habilidades analíticas y críticas.

En un entorno académico como el nuestro, donde el pensamiento crítico es más necesario que nunca, el libro se erige como un baluarte frente a la superficialidad que a veces caracteriza al consumo rápido de contenidos en Internet.

La concentración y reflexión que requiere la lectura de un libro no solo enriquece el conocimiento, sino que también fortalece la capacidad de los estudiantes para enfrentar y resolver problemas complejos en diversas áreas del saber. No lo debemos olvidar.

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