Riult Rivera, panista
Por Rogelio Guedea
Lo primero que resalta cuando hablas con Riult Rivera, candidato a la presidencia municipal de Colima por la coalición “Fuerza y Corazón por México” (PRI-PAN), son sus buenas maneras, un trato educado y respetuoso. La palabra que lo definiría es formalidad. Es un político serio y, de esa misma manera, así se toma el quehacer político. Riult Rivera nació en el ISSSTE, en la cama 6 a las 6 de la mañana. Es de la muy popular colonia Las Amarillas, un barrio enclavado en el mero corazón de Colima. Su papá es licenciado en Derecho e ingeniero agrónomo, trabajó un tiempo en la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) y luego se dedicó a las labores agropecuarias en una parcela que tenía en El Poblado (Coquimatlán), de donde es originaria su madre. La forma en que su padre los educó fue con el trabajo. Para Riult Rivera ganarse algo era por medio de trabajar, nada se obtenía de manera gratuita. Así lo hicieron también con sus hermanos. Desde muy niño, en el kínder, aprendió las labores del campo, y se iba a trabajar con su padre a la parcela, abría zanjas, araba, sembraba. Combinaba estudios y trabajo, y su padre lo compensaba de ello con un pago. Aprendió entonces que para ganar dinero había que trabajar digna y honestamente. Hizo la primaria en la Alejandro Flores Garibay, en Guadalajarita, y luego por las tardes hizo la secundaria en la Enrique Corona Morfin. Como en todas las familias, tuvieron tiempos complicados y tiempos más tranquilos, pero nunca se dejó de luchar y de trabajar porque era la base del progreso y bienestar familiar, además era la forma en que se valoraba el costo de las cosas. Riult Rivera recuerda que fue en la primaria que empezó a concursar en declamación y ya en la secundaria participó en concursos de oratoria, y fue desde ahí que le tomó el gusto a la participación política. Además, fue jefe de grupo en la secundaria, siendo los primeros liderazgos que tendría, y en el bachillerato, a la edad de dieciséis años, se involucró en actividades políticas en las filas juveniles del PAN. Si bien es cierto que su padre era panista, y formó parte de los fundadores de este partido, en realidad su llegada al PAN fue más bien porque le gustó mucho su doctrina y principios: la búsqueda del bien común, la solidaridad, el respeto a la dignidad humana, valores que siempre ha profesado como ciudadano y como político. Como lo dije al principio, esa es la impresión que da Riult Rivera cuando hablas con él, incluida la de ser un hombre congruente e institucional, pues habla siempre desde el respeto irrestricto a unos ideales morales aprendidos desde el seno familiar. Riult Rivera todavía se acuerda de aquellos debates políticos en la secundaria, cuando sólo su compañera Jazmín Salazar y él eran simpatizantes panistas y tenían que debatir con la gran mayoría de otras filiaciones políticas (mayoritariamente el PRI), en aquel tiempo en que fue el candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos. Desde las filas juveniles del PAN, a las que llegó gracias a su compañera y amiga Meyly Pastora, emprendió sus primeras luchas políticas. Fue con ella, precisamente, que conquistaron la dirigencia juvenil del PAN y en donde empieza una militancia más constante y enfocada políticamente, que emerge desde mero abajo, mesereando, sirviendo cenas, volanteando, lo que ha significado para él un gran aprendizaje, todo ello sin dejar de combinarlo con su trabajo en el campo, que es lo que le daba el sostén para sus estudios y su actividad política en aquella etapa incipiente. El rumbo cambió cuando en 2012 empieza a prepararse para dejar las filas juveniles y emprender su camino hacia una posición de elección popular. No fue nada fácil, lo reconoce, estuvo todo lleno de obstáculos, pero en 2015 se le da por fin el triunfo a la diputación local, lo que significó un parteaguas para su carrera política. Desde aquella primera campaña, que fue de total aprendizaje (era la primera que recaía completamente sobre sus hombros, aunque ya había participado en muchas), Riult Rivera se propuso hacer campañas propositivas, respetuosas, tal como es su propia persona, campañas con propuestas, maduras, sin necesidad de demeritar el proyecto de nadie sino más bien de mostrar con madurez las propuestas políticas para que la gente pudiera sopesarlas y tomar una decisión a la hora de votar. Me ha gustado mucho cuando Riult Rivera dice que él los triunfos políticos los ha tomado sin triunfalismos y con humildad pues no quiere hacer mofa de sus oponentes dado que ellos también hicieron su esfuerzo y lucharon por un ideal, se entregaron a una causa y cree que eso es de valorarse. Tal vez así deberíamos de ver todas las contiendas políticas, como un esfuerzo de los participantes para alcanzar un bien común en una comunidad de la que todos formamos parte y no como una lucha sin cuartel, a muerte, entre forasteros. Por eso, Riult Rivera ve a sus competidores con honorabilidad y respeta su trabajo, pero él siempre optará por una campaña de propuestas y confiará en que la población se decidirá por la mejor de ellas. En aquella primera legislatura, de 2015, su primera participación en un puesto de elección popular, Riult Rivera la quiso aprovechar para contribuir lo más posible en la sociedad. Creó, por ejemplo, una iniciativa que penalizaba a los entes que les quitaban aportaciones salariales a los trabajadores y que luego no las aplicaban correctamente en los servicios ofrecidos por las mismas (como el Ipecol, el ISSSTE, etcétera), pues consideró que era muy injusto que todo ese dinero que aportaba el trabajador con su esfuerzo le fuera prácticamente robado. Lamentablemente, ese tipo legal fue derogado en virtud de que empezaron a haber denuncias a los organismos involucrados en estas situaciones. En cualquier caso, Riult Rivera se propuso desde entonces luchar por servir a su comunidad, y así lo hizo cuando llegó a la diputación federal en 2021, desde donde bajó recursos federales para contribuir en la consumación, por ejemplo, de la carretera transvolcánica y luego en los accesos a localidades de Coquimatlán y Minatitlán, las cuales trajeron beneficios a los pobladores de las mismas. Esto que ha hecho siempre es lo que quiere hacer también de llegar a la presidencia municipal. Quiere resolver problemáticas, sin demagogias. Meterse a mejorar los empedrados, todas las calles en mal estado que tiene el municipio, reparar las carreteras rurales que ponen en riesgo a los usuarios, hacer obra pública importante que no se ha hecho, levantar los parques y jardines, el alumbrado público, meterse de lleno al tema de la seguridad, con base a los planteamientos de expertos con los que ya cuenta. En fin, para Riult Rivera es importante que hablen los hechos y que a él se le juzgue por ellos, de eso ha dependido siempre el éxito de su carrera política y siempre la hará con humildad, dándole prioridad al bienestar de la población, porque esa es la manera en que siempre ha concebido el verdadero servicio público.
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