Por Gina Baldivieso
Panes, chocolates, tejidos, bolsas ecológicas y jabones artesanales, son algunos frutos del esfuerzo de medio centenar de mujeres que potenciaron sus habilidades y crearon sus propios emprendimientos en Bolivia, dentro de un programa que busca ayudarles a tener autonomía económica.
Las emprendedoras exponen sus productos en el showroom o salón de exposición “Cosechando sueños de vida”, dentro de una alianza entre el Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza (CPMGA) y la Dirección de Competitividad e Inversiones dependiente de la Secretaría Municipal de Desarrollo Económico de la Alcaldía de La Paz.
El salón lleva ese nombre porque el CPMGA y las mujeres están cosechando “todo el trabajo que han realizado” en el proceso para convertirse en emprendedoras.
“Nosotros dijimos que es como una semillita que hemos dejado y ellas han florecido. Entonces así nace el nombre. Ellas pensaban que eran sueños, que no podían tener un emprendimiento, pero con el empujón de Gregoria Apaza han podido sembrar todo esto”, dijo a EFE Yoselin Flores, técnica del área de Autonomía Económica del centro.
Flores indicó que en esa área se trabaja con las mujeres para “empoderarlas”, potenciar sus habilidades y darles otras herramientas para que tengan sus propios emprendimientos.
“Primero trabajamos su autoestima para que tengan el valor de decir yo puedo salir adelante o puedo ser autónoma económicamente, porque muchas mujeres sufren de violencia económica por parte de sus familias”, explicó.
Luego se les da capacitaciones técnicas en áreas como tejido, gastronomía, repostería, transformación de cuero, elaboración de jabones o confección, entre otras.
Las habilidades adquiridas en los cursos se complementan con la “Incubadora de emprendimientos”, en la que el centro impulsa a las mujeres a crear sus propios negocios con una perspectiva social y solidaria.
Las mujeres que pasan por estas capacitaciones mayormente se asocian y, junto al centro, aprenden sobre gestión empresarial, a crear su marca corporativa, diseñar su modelo de negocios y también sobre mercadeo y ventas, señaló Flores.
También es importante el componente solidario, pues las que trabajan en asociación deben aprender a congeniar entre ellas y cuando exponen en ferias o en salones, como el “Cosechando sueños de vida”, les tocará a veces apoyar en la venta de sus productos y los de otras emprendedoras, agregó.
Voces emprendedoras
El centro trabaja sobre todo con mujeres de El Alto, ya que su oficina principal está en esa ciudad vecina de La Paz donde, según Flores, la violencia económica es un problema “común”.
Aunque no todas las mujeres que participan en la iniciativa han sufrido violencia y hay algunas que solo buscan “ser autónomas económicamente”, aclaró.
Es el caso de Olga Llanqui, quien vive con su esposo y su bebé, y junto a una docena de mujeres creó la Panadería Artesanal PanPita, que ofrece empanadas y panes de trigo, quinua, maíz e integrales, entre otros.
“Lo que buscamos con este emprendimiento es tener una solvencia económica y no estar dependiendo tanto del esposo o de los papás, sino generar nuestros propios ingresos y a la vez nuestra autonomía económica”, comentó Llanqui a EFE.
La emprendedora contó que durante la pandemia del Covid-19, ella y su esposo se quedaron sin trabajo, por lo que vio en la panadería una opción para apoyar económicamente a su familia.
“Me encanta la panadería, elaborar cosas que salgan de mis manos para el público”, indicó Llanqui y destacó la importancia de iniciativas como las del CPMGA para que las mujeres sean independientes económicamente.
“A veces tenemos el talento, tenemos las ganas, pero nos falta alguien que nos diga ‘tú puedes’. Es como darnos un primer paso para salir y romper de repente todos los temores que podríamos tener (…) Ahora no tenemos miedo de salir al mercado, de presentar nuestros productos”, aseguró.
También está Carmen Osco, con la iniciativa Re-Costura creada junto a otras cuatro mujeres que, como ella, quieren “salir adelante” mediante su propio trabajo, indicó a EFE.
Re-Costura ofrece productos y accesorios de material reciclado, como carteras, bolsos, estuches y bolsas ecológicas.
La iniciativa del centro “nos ha favorecido mucho a nosotras abriendo los ojos y poder decir que como mujeres sí podemos salir adelante económicamente, podemos tener nuestro propio emprendimiento”, sostuvo Osco.
El showroom estará abierto hasta la próxima semana, pero la veintena de emprendimientos participantes continuará vendiendo sus productos en otras ferias.