Por José Luis Negrete Avalos
La población total del Estado de Colima es de 731,391 habitantes, de los cuales 50.7% son mujeres y 49.3% son hombres, esto de acuerdo Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI.
El territorio en el cual se encuentra es de 5,626 kilómetros cuadrados lo cual representa el 0.3% del país, esto señalado igualmente por INEGI.
Cada uno de sus municipios cuenta con aspectos de valor e importancia que los hacen resaltar de acuerdo a características culturales, económicas, aportaciones al rubro turístico, agrícola, a la industria, inclusive la riqueza gastronómica de cada uno, haciendo que la extensión territorial de forma general no represente impedimento para el desarrollo del Estado.
Un ejemplo tangible es la importancia en la industria portuaria del municipio de Manzanillo, pues “según datos de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, el puerto de Manzanillo genera más de 160 mil empleos directos e indirectos, y contribuye con más de 8 mil millones de dólares al PIB nacional”, SICT.
El municipio de Comala, considerado el pueblo blanco de América, debido a la novela Pedro Páramo del escritor Juan Rulfo, junto a las raíces indígenas de las comunidades de Suchitlán, Zacualpan, e Ixtlahuacán, la tradición en el municipio de Villa de Álvarez de la Petatera, y demás detalles que los municipios, guardan con un elemento fundamental su gente.
En el hecho de estos aspectos se perfila una pregunta ¿Qué versión de Colima buscamos?
La lógica precisa sería tener esta versión positiva de los habitantes y de los lugares que conforman nuestro estado, pero en ese contexto también surgen las complicaciones sociales, los retos que los gobiernos municipales y estatal deben y tienen que enfrentar, para concretar las aspiraciones de los ciudadanos que aceptan por medio del voto, los proyectos y las figuras políticas que en una perspectiva particular consideran viables para tomar su decisión.
Sin lugar a dudas, Colima tiene los elementos necesarios para destacar plenamente, la cuestión que impide en gran medida que este objetivo se clarifique, recae en las acciones políticas, en la capacidad de las autoridades para resguardar el Estado de derecho, que muestre un sentido de esfuerzo y dedicación hacia la labor correspondiente, si alguno de estos elementos falla o no se compensa adecuadamente, los hechos positivos del Estado se vuelven vacíos sociales, que afectan a mediano y largo plazo.
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