Sáb. Nov 23rd, 2024

ARTÍCULO: Holiday

Por Redacción Ago1,2024 #Opinión

Por Marcial Aviña Iglesias

En serio que me da pena regresar después de las vacaciones del paradisiaco patio al parque de diversiones del cuarto de la televisión, de degustar exquisitos platillos sobre la pequeña mesa del comedor de casa, esperar largas horas nalga a los lujosos repartidores con su variedad de precios dependiendo de la situación geográfica en la que se encontraban esos Frankensteins culinarios como lo son: las tortas de chilaquiles, las empanadas rellenas de pizza, sushi de plátano y aguacate con agua de horchata -¡Hágame usté el móndrigo favor!-, y claro pa’ cenar no podían faltar las patadas de mula o la suculenta torta de tamal, y bueno, mi desamueblada cabeza dicta que escriba sobre las vacaciones, pero decirles lo que hice en 3 semanas de asueto, simplemente lo resumo en: Si quieres saber cómo estás, basta con quedarte callado y te darás cuenta del daño que tú cerebro te hace.

Y es que la conciencia ocasiona más insomnio que 2 tazas de café, y el ocio… ¿La neta a quién tiznados se le ocurrió decir que quienes fomentan el ocio generan algún vicio? Es un tiempo libre nada más, no esa pinche prejuiciosa condición perversa que se le atribuye a quienes no saben qué hacer con sus días de asueto, en un día libre puedes descubrir que nuestra imaginación es el único espacio que tenemos de libertad. Es precisamente cuando imagino que tanto el aburrimiento como el hartazgo son detonantes motivacionales para que algunas personas decidan evadir su realidad por unos cuantos días y marcharse a sitios distintos, es decir, escapar de sí mismos.  

Lo que me parece injusto, es que luego quieran compartir sus escapadas con quienes ni ganas tenemos de hacerlo -además, ni nos importa si fueron hasta el Congo con tal de escaparse de sus vidas-, bajo el pretexto de la urticaria que el ego les justifica su actuar, entonces uno recibe en las redes sociales fotos de los sitios que están visitando, es por eso por lo que, en estas vacaciones sin salir de casa, conocí Colombia, Las cataratas del Niágara, Alemania, navegué por el río Ámstel que atraviesa la ciudad de Ámsterdam, conocí comidas extrañas que ni sabía que existían, museos extraordinarios, por cierto, ¿ellos ya conocerán los museos de nuestro estado?

Para quien firma lo que escribe, viajar no me proporciona esa sensación de libertad, pues si vivimos en una sociedad donde libertad es hacer lo que las leyes permiten, así, vayas a donde vayas, algún día, ten la plena seguridad de que regresaras a esa rutina tan cotidiana que nos fuimos creando, y que por cierto, es la que nos brinda el sustento de cada día, entonces no se me agüite si ya está de regreso en su empleo, mejor agradezca a quienes se lo ofrecen contar con uno y no formar parte de la estadística del desempleo.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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