Una buena nutrición (dieta suficiente y equilibrada) es un elemento fundamental de la buena salud y, por el contrario, la mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumenta la vulnerabilidad a las enfermedades, altera el desarrollo físico, mental y reduce la productividad, estableció la Secretaría de Salud del Gobierno del estado.
En el Día del Nutricionista en América Latina, la dependencia indicó que el aumento de la obesidad y el sobrepeso es otro tipo de malnutrición que ha aumentado y provoca diabetes, enfermedades cardiovasculares y otros padecimientos relacionados con el régimen alimentario.
Agregó que la malnutrición, en cualquiera de sus formas (tanto desnutrición como alimentación excesiva y sobrepeso), conlleva riesgos para la salud, como carencia de vitaminas y minerales y muertes infantiles, además de impedir el desarrollo saludable y afectar la productividad a lo largo de la vida.
Un indicador clave de la malnutrición crónica es el retraso en el crecimiento, a causa de la escasez de alimentos y de una dieta pobre de vitamina A, zinc, hierro y yodo, ya que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 33% de las mujeres en edad fértil y 42% de los niños de entre 6 y 59 meses de edad sufre anemia.
La deficiencia de vitamina A afecta a 29% de niñas y niños entre 6 meses y 59 meses y es factor de riesgo para sufrir ceguera y de la muerte por sarampión o por enfermedades diarreicas; mientras que la ingesta de yodo es insuficiente en 25 países.
La dependencia estatal remarcó que se consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio, además que muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética como cereales integrales. Para aprender a comer adecuadamente y aprovechar los nutrientes que el organismo requiere, es necesario acudir con un(a) profesional de la Nutrición, quien atiende y orienta en unidades del primer nivel de atención o centros de salud.