El fabricante aeronáutico Boeing anunció haber alcanzado un acuerdo laboral provisional con su mayor sindicato, que representa a más de 33 mil empleados principalmente en el noroeste de Pacífico y con el que se ha negociado un alza salarial del 25%.
El pacto, de cuatro años de duración, está destinado a evitar una huelga e incluye mejores prestaciones de jubilación y hasta 12 semanas de permiso parental retribuido, según apuntó la empresa.
El salario medio acabaría obteniendo un incremento del 33% con los distintos aumentos por antigüedad, pero sigue estando por debajo del 40% reclamado por la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM, por sus siglas en inglés).
“Las negociaciones son un tira y afloja, y aunque no ha habido éxito en todos los puntos podemos decir sinceramente que es el mejor contrato que hemos negociado en nuestra historia”, dijeron los representantes sindicales en un comunicado.
La directora general de Boeing Commercial Airplanes, Stephanie Pope, señaló a su vez en un mensaje a los empleados que la oferta “proporciona el mayor aumento salarial general hasta la fecha, una menor participación en los costos médicos para que la atención médica sea más asequible, mayores contribuciones de la empresa para la jubilación y mejoras para un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal”.
En el marco de ese contrato, el equipo de Boeing en la región de Puget Sound, en el estado de Washington, construirá el próximo nuevo avión del fabricante, lo que, según la compañía, equivale a “seguridad laboral para las generaciones venideras”.
Ese acuerdo provisional debe ser ratificado por los miembros del sindicato.
El convenio se ha alcanzado un mes después de que Robert Kelly Ortberg asumiera el cargo como nuevo consejero delegado de Boeing.
La empresa está inmersa en uno de los peores momentos de su historia por una serie de accidentes relacionados con graves problemas de calidad en sus aviones, incluido a principios de año el desprendimiento en pleno vuelo de un panel que cubría el espacio para una puerta de emergencia de un 737 Max-9.
En el primer semestre del año sus pérdidas netas se dispararon hasta los 1,794 millones de dólares, 1,220 millones más que en el mismo periodo de 2023, y los ingresos cayeron un 11 %, al pasar de 37,672 en 2023 a 33,435 millones de dólares en 2024.
Mientras, los ingresos de la unidad de aviones comerciales cayeron un 31% de enero a junio, hasta los 10,656 millones. De forma paralela, las entregas de aviones se redujeron un 34% (175 unidades).