Jue. Oct 3rd, 2024

COLUMNA: Escaparate Político

Por Redacción Oct3,2024

Por Amador Contreras Torres

(Primera de dos partes)

A DESTACAR.  Un acontecimiento histórico la llegada de una mujer a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo asumió la más alta magistratura del país ante los tres poderes de la unión, la presencia del presidente saliente, mandatarios extranjeros y representantes de 105 países que atestiguaron el magno acontecimiento. Dijo que “no llego sola y que es tiempo de transformación y de las mujeres”. Dijo que va a garantizar las libertades, los derechos humanos y las inversiones públicas y privadas estarán seguras en nuestro país, como un interesante gesto político para tranquilizar a los mercados financieros internacionales ante las polémicas reformas constitucionales impulsadas por su antecesor en el cargo, López Obrador. En su discurso inaugural Sheinbaum Pardo dijo que “habrá Estado de derecho”. Como una réplica de una ceremonia de hace 6 años, la presidenta también recibió en un segundo acto por la tarde, en el Zócalo capitalino “el bastón de mando” de los pueblos indígenas, un evento que anteriormente no se estilaba en la transmisión de los mandos republicanos en la historia de México. En su mensaje defendió la controvertida reforma judicial y negó que el traslado de la Guardia Nacional a la Sedena, sea una militarización de las labores policiacas. “Quien crea que la Guardia Nacional estando en la Secretaría de la Defensa es militarización, está totalmente equivocado”, dijo la nueva presidenta quien dijo que su proyecto es construir y seguir el segundo piso de la cuarta transformación y elogió a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, afirmando que es el mejor presidente de la historia moderna y contemporánea de México. Al recibir el bastón de mando dijo” condenamos el racismo, el clasismo, el machismo y cualquier forma de discriminación “y aseguró que será el tiempo de las mujeres. LA OPOSICIÓN. Ante la mayoría legislativa de Morena, que se dedicó a elogiar al presidente saliente, no vimos a una oposición que se manifestara o expresara algún desacuerdo. No hay una oposición fuerte en México y la oposición tiene que hacer un examen de conciencia retomar y abanderar las causas populares si aspira a retornar al poder y seguir siendo una alternativa de gobierno y de futuro a México. En la ceremonia, la oposición brilló por su ausencia y su posicionamiento político. Esta es una realidad del México de hoy en esta coyuntura de la trasmisión del mando de la república. En los círculos políticos se comenta que el ex presidente López Obrador no saludó a Norma Piña, presidenta de la SCJN, Suprema Corte de Justicia de la Nación, y en cambio sí lo hizo la presidenta Claudia Sheinbaum lo que se interpretó como un buen gesto político y un talante más cordial para el futuro de la relación entre los poderes que integran la unión. LA POSTURA. En su mensaje previo, el senador y dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno aseguró que la pluralidad política vive su peor momento desde 1963 e hizo un llamado a la nueva presidenta a que la ruta a seguir tenga las rectificaciones necesarias ante un modelo presidencial agotado. Trascendió que la presidenta Claudia Sheinbaum vivirá en Palacio Nacional, con lo cual salió al paso de las especulaciones y rumores en los círculos políticos en el sentido de que el presidente López Obrador se iba a quedar a habitar en el recinto hasta diciembre próximo. La presidenta Sheinbaum prometió respetar y mantener la autonomía del Banco de México, una declaración pertinente que envió un mensaje de tranquilidad a los mercados financieros internacionales, pues en la víspera se hablaba de devaluación, fuga de capitales y cancelación de inversiones ante las polémicas reformas constitucionales del pasado septiembre impulsadas por su antecesor en el cargo. Dijo que va a continuar con la política social de apoyo a los jóvenes y a los adultos mayores y dijo que su gobierno va a promover la construcción de un millón de viviendas mediante el Infonavit, un proyecto dirigido a los jóvenes. GABINETE. El gabinete presidencial parece un gabinete de transición. Hay muchas figuras y perfiles que responden al pasado y pocos al proyecto de la nueva presidenta. Hay continuidad y hay cambio. Habrá matices y ajustes sobre la marcha. Es lo que se percibe en el horizonte. Hubo fuertes resistencias para aceptar que Omar García Harfuch fuera el secretario de seguridad pública, pero finalmente la presidenta venció las resistencias y logró colocar a este funcionario, que, si bien tiene un pasado y una genealogía priista, es de todas las confianzas de la presidenta. Se espera un cambio de rumbo en materia de seguridad para frenar los delitos de alto impacto y para recuperar la rectoría del estado en esta materia. En materia hacendaria, ante la debilidad estructural de las finanzas y el alto costo presupuestal de la política social, el reto será realizar una reforma fiscal profunda, pero hay resistencias para hacerlo en la nueva presidenta, por los riesgos políticos y el costo social que ello pueda implicar.

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