Por Amador Contreras Torres
(Segunda de dos partes)
LO RELEVANTE. Tres colimenses ocupan cargos muy destacados en el gabinete presidencial. Mario Delgado es secretario de Educación, un cargo muy relevante pero no es a lo que aspiraba -volveré más tarde sobre este asunto-. César Yáñez Centeno ocupará la Subsecretaría de Gobernación, un cargo muy importante y que se espera sea su segundo aire luego de que no le fue del todo bien en el sexenio pasado por su boda fastuosa que salió en las páginas de la Revista Hola a nivel global, pero que le costó ser congelado y arrinconado en Palacio Nacional, porque esa fiesta lujosa y frívola contradecía de fea manera el discurso de austeridad republicana y de “primero los pobres” del expresidente López Obrador. César Yáñez, fuera de este tropiezo, estaba llamado a grandes proyectos políticos y veremos cómo le va en este sexenio y si se queda en la Ciudad de México o voltea para Colima con miras al 2027, cuando se dé el relevo en los mandos estatales. Julio César León, otro colimense, exdirigente estatal de Morena, será coordinador nacional de las Becas para el Bienestar “Benito Juárez”. Tres colimenses destacados en cargos relevantes en el gabinete presidencial. MARIO. En lo que concierne a Mario Delgado, hay que reconocer que ha llegado muy lejos, al nivel de otros colimenses con poder en el pasado, como Jesús Robles Martínez y el mismo expresidente Miguel de la Madrid. Yo creo que a Mario no le ha hecho justicia la Cuarta Transformación, ya que hizo un buen papel como líder nacional de Morena, contra viento y marea sacó adelante la elección presidencial y ha ganado la mayoría de las gubernaturas para Morena. Sin embargo, la SEP no era su aspiración y así se le percibe en su semblante y en su actitud. Él aspiraba mínimo a ser canciller, secretario de Gobernación o secretario de Hacienda. Así me lo hicieron saber algunas personas de su círculo más cercano. Sin embargo, pese a su excelente trabajo para sacar adelante la agenda electoral de Morena, ha recibido severos golpes políticos y lo han tratado de desacreditar con el tema de financiamientos oscuros para su partido. Todo eso, lo sacó de la jugada para los cargos más importantes del gabinete; sin embargo, pese a todo, sí le alcanzó para ser titular de la SEP. No sabemos si es un cargo para el resto del sexenio o es una figura de transición, ya que es muy cercano al expresidente López Obrador, pero no está en los afectos y en la visión política de la presidenta Claudia Sheinbaum. EL ARRANQUE. Una vez que se ha instalado la nueva legislatura local y se renovaron los poderes federales, en lo que concierne al Ejecutivo y el Legislativo, se aproxima, este 15 de octubre, la toma de posesión de los nuevos alcaldes en las 10 presidencias municipales. Inicia también el futurismo político para la renovación de la gubernatura en el 2027. Yo, en lo personal, considero que, a juzgar por los resultados electorales, el PRI y el PAN deben separarse y cada quien por su camino. En política no siempre 2 más 2 da 4. No veo que se haya incrementado la votación en forma exponencial y más bien tanto el PRI como el PAN decrecieron, por lo que considero deben separarse, pues cada quien tiene su ideología y su proyecto y para que los votantes tengan claridad y certeza a quien van a elegir. Así las cosas, en lo que respecta a la gubernatura, veo los siguientes perfiles: Rosy Bayardo por parte de Morena. Virgilio Mendoza por el Verde, en alianza con Morena. Por el PAN, Riult Rivera; y por el PRI, Tey Gutiérrez. Hay quienes piensan que se puede venir también una figura nacional del gabinete presidencial. En fin, veremos y diremos. CONTINUIDAD O CAMBIO. La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido muy clara: No habrá ruptura con el expresidente López Obrador. Le tiene admiración y respeto a su mentor en la política. La carrera y los cargos de la presidenta no se explicarían sin el expresidente, que paso a paso la fue promoviendo e impulsando para que fuera su sucesora. Hay quienes especulan que habrá un Maximato y que habrá un poder tras el trono. No sabemos el futuro. No tenemos el don de la profecía, pero el poder es único y no se puede compartir, pues siempre habrá problemas, como lo dicta la historia. En el pasado hubo la ruptura entre Echeverría y López Portillo y entre Salinas y Zedillo. Un expresidente no puede jugar a las vencidas con el nuevo ocupante de la Silla Presidencial, pues, siempre pierde el antecesor y siempre gana el que está en la Silla Presidencial.
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