Vie. Nov 22nd, 2024

ARTÍCULO: La vida de un docente: Estrategias para sobrevivir en un mundo de expectativas

Por Redacción Oct17,2024 #Opinión

Por Marcial Aviña Iglesias

Todo lo que escribo o comparto, lo hago a título personal. Lo aclaro, porque ya veo que a algunos se les hace bolas el barniz. Todo el mundo sabe que al profesorado nos pagan más que a Bad Bunny, y que vivimos mejor que Palazuelos. La cosa es que no nos gusta presumir que llevamos una existencia como de ingeniero de software que tiene inversiones en bitcoins, pues ya ven cómo son los envidiosos… y, por cierto, también somos bien sarcásticos, es más, utilizamos el sarcasmo como especie de analgesia a nuestra ansiedad.

Cada día, dejamos en casa el comportamiento cavernario, para ser frente a grupo, finísimos y atentos profesionistas del pintarrón y plumones, evitamos en las clases ser víctimas de sebos algorítmicos de nuestro celular con tal de no poner el mal ejemplo a la chamacada, tratamos entre colegas de que de tanto hablar no nos den la razón, cuando revisamos trabajos durante la clase en lo más mínimo confundimos el valor de la eficiencia por el del aprendizaje, y pese a ello, todavía dicen que ejercer la docencia es un empleo de guante blanco, haber, quienes han sido capaces de hacer que los infantes se callen, en una etapa donde lo difícil es tratar de responder a sus constantes preguntas o lograr que un adolescente externe su opinión sobre el tema del día.

Eso sí, padecemos de estrés crónico, debido a la terquedad de conciliar la vida personal con la laboral, sino me creen, intente decirle a su familia que este fin de semana no van a poder salir porque tiene mucho que calificar o explicarle a su pareja que a pesar de que ese día no les toca clase tiene que asistir a la reunión bajo justificación de que aquel que no asista tendrá un oficio de extrañamiento, ¡estreñimiento me da de tan solo recordarlo!

Además, sino quieres parecer un torpe frente a tus discípulos, sabes bien que preparar una sesión de 50 minutos frente a grupo, te lleva entre cinco u ocho horas, y aun cuando el pinche vecino te ve en cualquier “puente laboral” regando el jardín de casa, tiene la osadía de decirte, “dichoso tú, que eres profesor, pues tienes el salario asegurado”, siiiii, pero nuestras habilidades y estrategias nos cuestan para sostenerlo, así que ya basta de querer infundirnos sentimientos de inutilidad, aunque se les haga bolas el barniz.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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