El Proyecto ADA, encabezado por destacadas estudiantes de Ingeniería de Software de la Universidad de Colima (UdeC), no solo representa un esfuerzo educativo ejemplar, sino también una apuesta significativa por cerrar la brecha de género en las áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Daniela Cruz Mejía, Scarlett Jimena Solórzano Rodríguez y Laura Daniela Velador Jiménez, han demostrado con ello que las iniciativas estudiantiles pueden ser agentes de cambio profundo en nuestra sociedad.
En un Mundo muy dependiente de la tecnología, la participación femenina en las ingenierías sigue siendo alarmantemente baja, perpetuando desigualdades que limitan tanto el potencial individual de las mujeres como el desarrollo integral de nuestras comunidades. Según datos globales, menos del 30% de los profesionales en STEM son mujeres, una cifra que evidencia la necesidad de proyectos como ADA.
La elección del nombre, inspirado en Ada Lovelace, la primera programadora de la historia, no es casualidad. Es un recordatorio de que las mujeres han estado presentes en la tecnología desde sus orígenes y que su aportación es fundamental. A través de talleres interactivos, las citadas estudiantes de la Facultad de Telemática no solo enseñan programación básica, sino que también desmitifican las ingenierías como territorios inaccesibles o reservados para unos pocos.
Lo que hace al Proyecto ADA realmente admirable es su enfoque inclusivo. La iniciativa no se limita a los espacios urbanos; busca llegar a comunidades rurales y a zonas con acceso limitado a recursos tecnológicos, donde las oportunidades suelen ser escasas. Además, la integración de estudiantes de otras facultades, bajo el concepto de “Las Hadas Madrinas”, refuerza la idea de que el cambio social se construye colectivamente.
Los resultados iniciales son prometedores. Las jóvenes que participaron en la primera etapa del proyecto no solo aprendieron programación, sino que también descubrieron nuevas posibilidades para su futuro académico y profesional. Ese tipo de impactos trasciende lo individual y siembra la semilla de un cambio cultural necesario.