Actividad reproductiva de ovejas Merino Isla Socorro y sus cruzas con Pelibuey en condiciones de estrés calórico
Por Doctor Juan Augusto Hernández Rivera*
El estrés calórico es uno de los mayores desafíos que enfrentan las ovejas en regiones desérticas, semidesérticas y tropicales, donde las condiciones ambientales extremas afectan su productividad. Este fenómeno, que se mide comúnmente mediante el índice de temperatura-humedad (ITH), genera un impacto negativo cuando dicho índice alcanza o supera las 72 unidades. Bajo estas circunstancias, las ovejas experimentan una serie de problemas fisiológicos que incluyen una disminución en la fertilidad, alteraciones en el desarrollo fetal y el crecimiento, así como una baja ganancia de peso y menor eficiencia alimenticia durante las etapas de engorda. Estas condiciones ponen de manifiesto la necesidad de comprender y manejar los efectos del estrés calórico, especialmente en razas que enfrentan climas adversos de manera recurrente.
A pesar de las dificultades, algunas razas de ovejas han desarrollado mecanismos que les permiten tolerar el estrés calórico. La oveja Pelibuey, adaptada a climas cálidos, se distingue por su capacidad para termorregular su temperatura corporal y mantener actividad reproductiva en épocas con mayor cantidad de luz. Estas ovejas han demostrado tasas de celo del 100%, ciclos estrales regulares y tasas de ovulación igualmente altas. En estudios realizados bajo condiciones tropicales y de estrés calórico, ovejas Pelibuey han logrado mantener su productividad mediante la implementación de estrategias como la provisión de sombra y ventilación en sus corrales. Sin embargo, incluso en estas razas adaptadas, el estrés calórico provoca una disminución en los niveles de hormonas tiroideas como la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), afectando negativamente su metabolismo, la ingesta de alimento y la actividad reproductiva. La reducción de estas hormonas no solo disminuye la eficiencia metabólica, sino que también interfiere en procesos reproductivos clave.
El desarrollo folicular, el ciclo estral y la ovulación se ven comprometidos, afectando el eje hipotálamo-hipófisis-gonadal y la secreción de progesterona, una hormona esencial para mantener la preñez. Cambios en los niveles de progesterona pueden provocar ciclos estrales irregulares, reducir la fertilidad y afectar el rendimiento reproductivo. Por ejemplo, en ovejas Pelibuey sometidas a estrés calórico durante primavera y otoño, los niveles séricos de progesterona mostraron variaciones significativas, con niveles más altos durante el otoño, lo que sugiere una posible adaptación estacional a las condiciones adversas.
En este contexto, las ovejas Merino de la Isla Socorro (OMIS) representan un caso singular. Introducidas en 1869 y posteriormente abandonadas en la isla, estas ovejas enfrentaron condiciones ambientales extremas caracterizadas por altas temperaturas, humedad y escasez de agua dulce y alimento. En ausencia de manejo zootécnico, las OMIS se adaptaron gradualmente a su entorno, desarrollando características únicas que les permitieron sobrevivir en un ambiente hostil. A través de la selección natural y la endogamia, este biotipo fijó rasgos relacionados con su capacidad de adaptación, diferenciándose de otras poblaciones ovinas.
Actualmente, la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Colima conserva la única población conocida de estas ovejas en el Mundo. Aunque no existen estudios específicos sobre la actividad reproductiva de las OMIS en condiciones de estrés calórico, se ha observado empíricamente que presentan ciclos estrales continuos durante todo el año, independientemente del fotoperiodo. Este comportamiento contrasta con el de otras ovejas de lana, cuya actividad reproductiva suele estar influenciada por la duración y disponibilidad de luz, siendo más intensa en otoño e invierno. Las OMIS y sus cruzas con Pelibuey ofrecerían una ventaja significativa para la producción ovina en regiones tropicales, especialmente durante épocas del año en las que la reproducción en otras razas es limitada.
Estudios previos realizados en ovejas adaptadas a climas cálidos han explorado cómo la combinación de manejo adecuado y genética puede mitigar los efectos del estrés calórico. Por ejemplo, investigaciones en ovejas Pelibuey y Katahdin en México han demostrado que la sombra y la ventilación son esenciales para reducir el impacto del calor extremo. Estas condiciones ambientales afectan tanto la temperatura corporal de los animales como sus niveles hormonales, influyendo directamente en su rendimiento reproductivo. Al estudiar el caso único de las OMIS y sus cruzas, se podría obtener información valiosa sobre cómo optimizar la producción ovina en condiciones adversas, aprovechando las adaptaciones naturales de estas ovejas.
El análisis de la actividad reproductiva de las OMIS y sus cruzas con Pelibuey durante estaciones clave como primavera y otoño, bajo condiciones de estrés calórico, tiene el potencial de revolucionar las estrategias de manejo reproductivo en hatos comerciales. Identificar y comprender los mecanismos que les permiten mantener su fertilidad en ambientes desafiantes puede abrir nuevas posibilidades para la ganadería ovina en regiones tropicales y subtropicales, mejorando no solo la productividad sino también la sostenibilidad de los sistemas de producción. La historia única de las OMIS, combinada con el vigor adaptativo de la raza Pelibuey, presenta una oportunidad única para explorar soluciones innovadoras a los desafíos impuestos por el cambio climático y las condiciones extremas en la producción animal.
Para mayor información puede consultarse el artículo en el siguiente enlace: https://doi.org/10.3390/ani14101405.
*Profesor investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de Colima
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