Con el paso del tiempo, la Universidad de Colima (UdeC) ha construido algo más que una sólida trayectoria académica: ha forjado una comunidad solidaria, empática y comprometida con su entorno. Prueba de ello es la vigésima sexta edición de la campaña de donación de sangre “En mis venas corre sangre universitaria”, organizada por el Voluntariado de nuestra Máxima Casa de Estudios en colaboración con la asociación Donadores Compulsivos.
La reciente jornada no solo fue un éxito en términos numéricos -con la participación de 119 personas, 105 de ellas integrantes de nuestra comunidad universitaria-, sino también en términos de conciencia. Se trata de una respuesta que, como bien lo señalaron nuestras autoridades, representa un crecimiento notable en la cultura de la donación altruista entre las y los universitarios.
Desde hace 4 años, esa campaña ha insistido en un mensaje poderoso: donar sangre es donar vida. Es un acto de generosidad silenciosa pero trascendente, que no exige más que la voluntad de ayudar al otro, incluso sin conocerlo. Y es justamente esa voluntad la que se ha consolidado en la comunidad universitaria, no como un gesto aislado, sino como una manifestación colectiva de responsabilidad social.
El éxito de esta edición nos recuerda que, en cada estudiante, docente, trabajadora y trabajador universitario, corre una sangre que no solo alimenta el cuerpo, sino también el espíritu comunitario de nuestra institución. Una sangre que se ofrece voluntariamente para salvar vidas y que transforma al donante en un agente activo de cambio. Es justo reconocer la labor constante del Voluntariado de la Universidad de Colima y de su presidenta, Blanca Liliana Díaz Vázquez, así como de la asociación Donadores Compulsivos y de su presidente, Sigi Pablo Pineda García. Gracias a ese tipo de alianzas, hoy Colima cuenta con un mayor número de personas comprometidas con la donación altruista, un acto que salva vidas y que, como bien se ha dicho, también puede ser preventivo para la salud del propio donante.