Lun. Dic 8th, 2025

COLUMNA: Escaparate Político

Por Redacción May22,2025 #Opinión

Por Amador Contreras Torres

(Primera de 2 partes)

LO RELEVANTE. La ejecución a plena luz del día, en la capital de la república, de los 2 funcionarios más cercanos a Clara Brugada, la jefa de gobierno de la CDMX cimbró a México y al Mundo. El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, cimbró no sólo a su jefa, al quitarle de manera atroz a sus brazos operativos y de mayor confianza, cimbró al gobierno de la república y a la sociedad en su conjunto. Según lo declarado, por la autoridad federal y de la ciudad, no fue un simple crimen callejero, sino algo más atroz y contundente, un fuerte mensaje de provocación y de reto a los poderes legales constituidos. Los ecos y las reacciones llegaron hasta la Casa Blanca y reforzaron su narrativa de intervención militar en México, un tema que ha sido rechazado con vehemencia por la presidenta Claudia Sheinbaum: Fue un crimen político que viene a hacer estruendo en un país herido por la violencia y pone en tela de juicio la estrategia del sexenio pasado de “abrazos no balazos”. No se sabe si fue un efecto calculado o fue una simple coincidencia, cometer el crimen a la hora exacta de la conferencia mañanera en Palacio Nacional para poner de nervios a los altos mandos de la nación. LA ENCRUCIJADA. Hay 2 proyectos opuestos, 2 visiones diferentes de país, que, de manera ineluctable, han entrado en colisión. Desde la visión de hacer frente a la delincuencia de forma inmediata, aplicando medidas extremas, como, por ejemplo, el toque de queda, hasta la otra visión, que no funcionó y que sugiere no actuar de forma “emocional”. Dos visiones opuestas que han chocado de forma frontal en el seno mismo del Estado mexicano y que se disputan el afecto presidencial y el proyecto, ya sea el mismo, u otro, una alternativa que imagine una nueva ruta desde dentro para hacer frente a la polarización y la severa crisis que atraviesa, de forma transversal, todos los estamentos de la vida nacional. Desde la seguridad, la economía – en caída libre y en franca recesión- la salud, la educación, las presiones de los poderes fácticos y las amenazas que vienen del norte y que pretenden hacer una intervención militar en detrimento de la soberanía nacional. EL HORIZONTE. Un crimen político cuyas secuelas y profundas reverberaciones no alcanzamos a mirar y a dimensionar, en estos momentos, en que el fragor de la violencia, nubla la razón y ensombrece el panorama de la nación en su conjunto. Se perfila en el horizonte un tiempo nublado para México. “Es Shakespeare puro”, como dijera el poeta Octavio Paz cuando se enteró de los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y de José Francisco Ruiz Massieu en el año aciago de 1994. 31 años después la violencia política estremece todos los tejidos de la nación y los efectos y consecuencias no se alcanzar a dimensionar en su plena magnitud. En las horas difíciles que atraviesan la república estamos en ese territorio inestable de una transición “cuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba de nacer”, como bien dijo Gramsci en su momento cuando advertía del huevo de la serpiente y de la llegada atroz del fascismo como prólogo de las guerras mundiales. Ahora mismo, la violencia se enseñorea en Gaza, con tensiones amenazantes entre Israel y China, y la guerra en Ucrania, pero también en la Calzada de Tlalpan. Harfuch cobra un nuevo protagonismo que le hacen ver a tiro de piedra la posibilidad de la candidatura presidencial, pero a la vez, agita los rencores, los egos corroídos, y la envidia de otros protagonistas a los que no les gusta que Sheinbaum lo prefiera y lo consulte y que quieren otra ruta para México y no la de paz y el Estado de derecho. Horas aciagas vive la nación, y el camino parece proceloso e intransitable. LOS CHOQUES. Se viven choques internos en el liderazgo ante una oposición pasiva que ha preferido la comodidad y la cobardía de la retaguardia y que ha optado por solo ser un observador inerte de los acontecimientos perdiendo así, acaso de manera inevitable y definitiva, la posibilidad, de que la sociedad mexicana les vuelva a dar el voto, el poderoso motor del cambio ciudadano, y los vuelva a mirar, de nuevo, como una opción de poder y de gobierno. Si el PAN y el PRI siguen así que se olviden de una vez y para siempre de retornar al poder presidencial y de habitar los espacios vedados, hasta ahora, de Palacio Nacional y de Los Pinos, hoy convertido en un simple museo. Los dioses ciegan a quienes quieren perder y no tienen los arrestos para capitalizar las oportunidades que se abren en esta coyuntura de incertidumbre y de nuevos horizontes.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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