Por José Luis Negrete Ávalos
La trascendencia que tiene el rubro de la economía dentro de un país es innegable, el desarrollo y crecimiento del mismo dependen de la estabilidad, de las fluctuaciones y las modificaciones que se realicen directa o indirectamente a este rubro, puesto que el público y lo privado, los efectos que trae consigo la economía trae consigo una consecuencia definitiva.
Dentro del juego de la política y el desarrollo de las tareas que competen a los gobiernos, en todos sus niveles el factor del presupuesto, del cobro de impuestos, de la planeación estratégica para la utilización del recurso disponible en la teoría es un efecto primordial.
Las finanzas públicas son un entramado en el cual las administraciones públicas desarrollan iniciativas, modificaciones o adiciones, que de acuerdo su perspectiva permite o permitirán el uso eficaz de los recursos disponibles.
Bajo el contexto de la disposición de los presupuestos, y la necesidad o previsión del aumento de los impuestos, para la mejora de los servicios públicos, la eficacia de estrategias en temas de salud, o aspectos de crecimiento o competitividad en el mercado internacional.
Un ejemplo de intención de la Administración pública en la gestión precisa de los recursos financieros y el planteamiento en la consolidación de las estrategias de salud pública, en el hecho del incremento al impuesto denominado Impuesto especial Sobre productos y Servicios (IEPS).
En este caso el incremento de ese impuesto a bebidas azucaradas del 3 al 5% que entraría en vigor el próximo año 2026.
La cuestión en la intención del incremento a este impuesto deriva ¿Qué tan real puede ser el beneficio dispuesto hacia este impuesto y la economía en el comercio minoritario?
La respuesta puede conducir a un sentido en el que el incremento del 3 al 5% no puede, o aparentemente, no afecta en gran medida, cuál es la intención precisa de incidir en temas de salud al tratar de orientar a los consumidores a disminuir el consumo de estos productos.
En ese sentido parece justo y pertinente, pero como en toda propuesta la acción, tiene un efecto en la cadena productiva y que impacta a las tiendas de abarrotes y misceláneas, hacia la disposición de generar ganancias en beneficio de la economía familiar, comunitaria y nacional.
Por supuesto el factor de la salud es vital, pero debe existir un desarrollo integral de propuestas y resultados concretos desde la prevención individual y colectiva de los consumidores, por tanto, desde una opinión objetiva es válido entender que a corto y mediano plazo la imposición de un incremento, no garantiza incremento del costo a igual disminución del consumo.
Los efectos y consecuencias derivados de dicha situación pueden enlazarse concretamente en las complicaciones financieras de pequeños y medianos comerciantes sobre todo dentro de las comunidades rurales.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

