¿Qué significa el bienestar psicológico para las y los adolescentes colimenses?
Por Doctor César Augusto García Avitia*
Cuando hablamos de salud mental, solemos pensar en trastornos, terapias o medicamentos. Sin embargo, desde el enfoque del bienestar psicológico, el tema va mucho más allá: implica sentirse en paz, tener relaciones sanas, disfrutar la vida y poder afrontar las dificultades. Pero, ¿qué significa exactamente “estar bien” para las y los adolescentes de Colima que están a punto de entrar a la adultez, especialmente después de una pandemia global?
Un equipo de investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima, conformado por la Doctora Claudia Verónica Márquez González, la Maestra Sara Lidia Pérez Ruvalcaba, y el autor de esta columna, nos propusimos a descubrir qué entienden por “bienestar psicológico” las y los adolescentes de último año de preparatoria en nuestro contexto. Nuestro objetivo fue analizar el significado que este grupo le atribuye a dicho concepto, tomando en cuenta el contexto cultural, la etapa de vida en la que se encuentran y los efectos de la pandemia por Covid-19.
El reporte de esta investigación se publicó en el artículo “What does psychological well-being mean for Mexican late adolescents? A study with natural semantic networks in the post-pandemic era” (¿Qué significa el bienestar psicológico para los adolescentes mexicanos en etapas tardías de la adolescencia? Un estudio con redes semánticas naturales en la era pospandémica), publicado en la revista Psychology in Russia: State of the Art el pasado mes de diciembre.
Existen diversas teorías que explican el bienestar psicológico desde distintos enfoques. La teoría del bienestar subjetivo, propuesta por Ed Diener, lo concibe como la combinación de emociones positivas, ausencia de emociones negativas y satisfacción con la vida, enfocándose en el placer y la felicidad inmediata. Por otro lado, Carol Ryff desarrolló el modelo de bienestar psicológico con un enfoque eudaimónico, que incluye dimensiones como autoaceptación, relaciones positivas, autonomía, dominio del entorno, propósito en la vida y crecimiento personal, subrayando el desarrollo pleno del individuo. Finalmente, Martin Seligman propuso el modelo PERMA, propio de la psicología positiva, que identifica cinco elementos esenciales del bienestar: emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, sentido y logros. Estas teorías, aunque distintas, coinciden en que el bienestar va más allá de no tener malestar: implica vivir con plenitud, sentido y salud mental.
El estudio se realizó con 112 estudiantes de entre 17 y 21 años de edad. Se utilizó una técnica llamada “Redes Semánticas Naturales”, que permite explorar las palabras y conceptos que las personas asocian de manera espontánea con una idea, en este caso, “bienestar psicológico”. A cada participante se le pidió escribir cinco palabras que definieran el bienestar, y luego jerarquizarlas según su importancia. Esto permitió construir un mapa de significados compartidos por el grupo.
Los resultados revelan una visión compleja y matizada del bienestar. Las tres categorías más importantes para los jóvenes fueron:
– Paz: palabras como tranquilidad, serenidad y calma aparecieron con mucha frecuencia y fueron consideradas las más importantes.
– Salud mental: incluso más que la salud física, los jóvenes destacaron la importancia de sentirse bien emocionalmente.
– Salud física: aunque un poco por debajo de las anteriores, sigue siendo un pilar del bienestar para este grupo.
Otras dimensiones relevantes fueron la estabilidad emocional, la seguridad (especialmente importante en un contexto local con altos índices de violencia), las emociones positivas como la felicidad, y la relación con la familia. Curiosamente, aspectos como la autonomía, el propósito de vida o el crecimiento personal, presentes en muchas teorías sobre bienestar psicológico, no fueron destacados por los adolescentes.
Este estudio muestra que las y los adolescentes colimenses asocian el bienestar con la salud (sobre todo la mental), la paz interior y un entorno seguro. Estas prioridades reflejan las vivencias de una generación que creció durante una pandemia global y en un contexto social complejo. El énfasis en la tranquilidad y la salud mental estaría relacionado con la ansiedad e incertidumbre vividas en esos años críticos. También llama la atención que las relaciones con la familia fueron más importantes que las amistades, lo cual puede deberse a las restricciones sociales impuestas durante el confinamiento, que limitaron la interacción entre pares.
Pudimos concluir que no hay una sola teoría que explique completamente cómo los adolescentes entienden el bienestar. Por eso, es necesario desarrollar una visión más amplia, que considere la edad, el contexto cultural y las circunstancias históricas que viven las personas. Comprender qué significa “estar bien” para las y los adolescentes no solo es útil para las y los psicólogos e investigadores; también puede orientar a madres, padres, docentes y responsables de políticas públicas. Escuchar a los jóvenes y tomar en serio sus experiencias puede ser el primer paso para construir una sociedad que realmente promueva su bienestar.
Para mayor información sobre el presente tema, pueden consultarse el siguiente enlace: https://doi.org/10.11621/pir.2024.0402
*Profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.
