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COLUMNA: Forex

Por webmaster Oct2,2023

Por Alejandro Bernal Astorga

Tasas de interés crecientes

Al hacer compras, es deseable priorizar necesidades y ajustarse a un presupuesto; habrá quienes compren sin planificar, elevando la posibilidad de contraer créditos, mientras que otros recurren al financiamiento por necesidad.

En el entorno microeconómico, el uso responsable del crédito beneficia a las finanzas personales, familiares o empresariales, al aprovechar el otorgamiento de un plazo para cubrir el pago de una compra, sin tener que pagar intereses. Es importante que la capacidad de pago no se vea comprometida por los créditos contraídos previamente, para cubrirlos en tiempo.

El crédito por sí mismo no es negativo; de hecho, tener un historial crediticio favorable es deseable, para tener un acceso preferencial al financiamiento.  El tema es cuál es su destino, considerando las opciones de consumo e inversión y cuál es el costo de disponer de un dinero que no es propio, expresado en el pago de una tasa de interés.

Es obvio señalar que el beneficio del consumo o el rendimiento de una inversión producto de un crédito, tendrían que ser mayores al pago de la deuda y de los intereses, para ser redituables.

En el entorno macroeconómico, el Banco de México (Banxico) ha incrementado la tasa de interés objetivo al 11.25% como medida para controlar la inflación que se ubica en el 4.44% (la meta del Banxico es que sea del 2 al 4%) y la inflación subyacente (considera precios que no están sujetos a decisiones de carácter administrativo, estacionalidad, alta volatilidad o eventos externos) que es más alta y alcanza el 5.78%.

Esta medida trae tres efectos económicos: el primero se observa en el incremento en la inversión de activos financieros en pesos; la tasa real ofertada en México es del 6.6%, mientras que en Estados Unidos es del 1.7%. Esto genera una apreciación del peso frente al dólar que al 1º de octubre se cotizó en 17.42 pesos por dólar.

El segundo efecto se refleja en la actividad productiva y habría que considerar que el 80% de las organizaciones en México son micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) y al tener recursos limitados, requieren de créditos refaccionarios o de avío para realizar sus operaciones.

En consecuencia, el incremento de las tasas de interés encarece el financiamiento para las Mipymes y eleva sus gastos financieros; si estos son asumidos por las empresas, reducirán su margen de utilidad y si no, los trasladarán a sus precios de venta, afectando al consumidor; es por ello, que el crédito empresarial solo registra un incremento real del 2% a la fecha.

Es importante considerar que 7 de cada 10 empleos son generados por la iniciativa privada, de ahí que, si se mantiene esta tendencia, el crecimiento económico puede frenarse.

El tercer efecto lo encontramos en el encarecimiento del financiamiento, ya que, al incrementarse la tasa de interés, el crédito es más costoso y la demanda de bienes o servicios y los precios tendería a bajar.

Sin embargo, en julio del presente año, el crédito al consumo en nuestro país registró un incremento real del 12.6%, lo que indica que los usuarios están comprando más y con un crédito más costoso; si no reparamos en esta situación y la tendencia sigue, las finanzas familiares o personales pueden verse afectadas, provocando un riesgo potencial de impago.

Si bien la situación no es crítica, se estima que las tasas de interés podrían comenzar a bajar hasta el segundo semestre de 2024, por lo que es pertinente que demos una correcta lectura a su incremento y actuemos en consecuencia, administrando prudentemente nuestros recursos para optimizar su rendimiento.

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