Efectos económicos de la guerra Israel-Hamas
Por Alejandro Bernal Astorga
La muerte de personas y la afectación del nivel de vida de la población, siempre serán los efectos más dañinos de una guerra. Siendo conscientes de ello, es posible identificar algunos de sus efectos económicos iniciales.
En un contexto de globalización económica, las repercusiones del ataque de HamAs a Israel y de las acciones militares emprendidas en respuesta, podrían ser perceptibles a miles de kilómetros de distancia. Entre las principales, se encuentran las siguientes:
El primer efecto se refleja en la reconfiguración de los portafolios de inversión, ya que un conflicto bélico genera riesgos e incertidumbre en los mercados financieros y ante ello los inversionistas resguardan su capital en instrumentos seguros como los metales preciosos (oro) y divisas estables como el dólar estadounidense.
Precisamente, esta última situación provoca un segundo efecto, ya que el incremento en la demanda internacional de dólares, genera su apreciación (incrementa su valor) frente a otras monedas, como el peso mexicano.
Un tercer reflejo de esta situación lo encontramos en el incremento del precio del petróleo y sus derivados. Si bien Israel y Palestina no son grandes productores de petróleo, la posible escalada del conflicto con la incursión de países aliados como Irán o Estados Unidos, eleva la volatilidad en el mercado de energéticos.
De hecho, el petróleo subió hasta 5%, un día después del primer ataque y posteriormente moderó sus alzas; si superara la barrera de los 90 dólares por barril, podría generar un cuarto efecto, el incremento de la inflación, ya que el aumento del valor de los energéticos a nivel mundial, tiende a generar un alza generalizada de precios, que es más significativa en los países que los importan.
Una quinta repercusión la encontramos en la modificación de los patrones de actividad económica; por ejemplo, las acciones de empresas dedicadas a la fabricación de armas se incrementaron un 5.6%, mientras que las aerolíneas bajaron en promedio un 2.6% y se espera una afectación a la derrama económica generada por el turismo.
Una sexta afectación se presenta cuando los conflictos bélicos crecen o se prolongan, ya que se modifican los niveles de consumo (se presentan compras de pánico, escasez e incremento de precios) y las cadenas de suministro global pueden ser insuficientes o sufrir retrasos en los periodos de entrega, ocasionando daños a las ramas de producción de bienes o prestación de servicios de un país.
Desde el año 2000, México tiene un tratado de libre comercio con Israel; hoy, el intercambio comercial entre ambos países es relativamente pequeño y se limita a 1,051 millones de dólares, pero Israel es el primer socio comercial de México en Medio Oriente y México es el segundo socio comercial latinoamericano de Israel. Con Palestina, el comercio exterior es prácticamente nulo y su economía se basa en la producción agrícola y depende de la ayuda internacional.
Es muy pronto para evaluar cómo afectará a la economía mundial esta crisis; los riesgos están contenidos, mientras el conflicto no sea regional. De momento, México estaría expuesto a efectos indirectos, pero podrían darse situaciones colaterales más significativas si Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, decide intervenir directamente.
