El director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, defendió en Madrid que poseer habilidades con los números aumenta la posibilidad de tener un buen empleo y abogó por hacer más atractiva la enseñanza de las matemáticas, extrapolándola “a la experiencia humana”.
El pasado 5 de diciembre se conocieron los malos resultados del último informe del Programa Internacional para el Seguimiento de los Alumnos (PISA) de la OCDE en rendimiento matemático del alumnado de 81 países y la gran brecha de género en favor de los chicos.
Ante esta realidad, Schleicher dijo en una conferencia mundial sobre la brecha de género en las disciplinas científicas y tecnológicas, que para hacer atractiva esta materia hay que centrarse en “la comprensión y en pensar como un matemático, en vez de reproducir fórmulas”.
“Podemos enseñar las matemáticas de formas muy interesantes: podemos darles un problema y preguntar (al alumnado) cómo lo traduciría en el mundo de las matemáticas. Usarlas para entender los fenómenos que ocurren a su alrededor, debes extrapolarlo a la experiencia humana”, añadió.
En general, afirmó, se enseñan fórmulas o calcular funciones y eso “no es muy útil. No les enseñamos las ideas ni los conceptos de una función, así que nos sorprendemos cuando la gente no entiende el cambio climático o la evolución de la pandemia. No enseñamos a los niños y niñas sobre cómo funciona la probabilidad o la estadística”.
Sin ese conocimiento “no podemos seguir muchas de las conversaciones ni de los debates que tienen lugar hoy. El mundo de las matemáticas es algo esencial para muchas otras materias y hay ejemplos que muestran que esa asignatura puede ser muy interesante”, indicó Schleicher, considerado como el “padre” del informe PISA.
En este contexto, explicó que las habilidades con los números están muy relacionadas con las probabilidades de obtener un buen empleo.
Para avanzar en la desaparición de la brecha de género en la elección de estudios relacionados con la ciencia y disciplinas afines, el responsable de la OCDE consideró que no es necesario cambiar todo el sistema educativo, sino “hacer que las personas sean conscientes del problema” y dejar de replicar los estereotipos sociales.
Además, dijo, se necesita que los jóvenes estén bien asesorados. “Si quieren ser un buen profesor no sean un instructor. Tienen que ser buenos mentores. Buenos coaches. Tienen que ser buenos diseñadores de entornos atractivos para que las personas jóvenes pueden saber cuáles son sus pasiones” a edades tempranas.
“Tienen que llevar a personas del Mundo real a los colegios y ayudar después al alumnado a ser muy buenos en lo que hagan”, concluyó.