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EDITORIAL: Forjando integridad

Por Redacción Feb9,2024 #Editorial

En un Mundo donde la corrupción parece adherirse al mismo tejido de las instituciones, públicas o privadas, la Universidad de Colima destaca por organizar la primera Jornada Universitaria por la Integridad, en colaboración con el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Anticorrupción del estado y diversas facultades. Por su naturaleza, no es solo un evento más en el calendario académico, sino un claro mensaje de compromiso, responsabilidad y cambio hacia la construcción de una sociedad más justa y transparente.

La participación de las facultades de Economía, Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, y Filosofía, junto con los Comités de Participación Ciudadana de Jalisco y Guanajuato, subraya la importancia de un enfoque multidisciplinario en la lucha contra la corrupción. Esa colaboración destaca cómo la educación superior puede y debe jugar un papel crucial en la formación de futuros líderes equipados no solo con conocimiento, sino con valores.

Así, el objetivo de esas jornadas es: vincular los esfuerzos anticorrupción con el sector educativo e incentivar la participación estudiantil en este campo. La iniciativa no solo busca educar a los estudiantes sobre los sistemas anticorrupción y su importancia, sino también fomentar una participación activa que contribuya a una cultura de integridad y ética. La importancia de la primera Jornada Universitaria por la Integridad trasciende los límites de la academia.

Al integrar actividades y acciones educativas que promueven valores como la honestidad dentro de los programas académicos, la Universidad de Colima está sembrando las semillas de un futuro donde la corrupción sea la excepción, no la norma.

Ese esfuerzo colectivo de profesores, estudiantes y profesionales demuestra un compromiso inquebrantable con la formación de ciudadanos conscientes, responsables y activos en la lucha contra la corrupción. Es imperativo, entonces, que ese esfuerzo no se quede en un evento aislado. La lucha contra la corrupción requiere de una vigilancia constante, de una educación continua y de un compromiso sin tregua.

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