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COLUMNA: Vivir para contarla

Por Redacción Feb22,2024 #Opinión

La pandemia que mata cada 24 segundos, pero es totalmente prevenible

Por Rosario Gutiérrez

Desde hace ya algunos años, la población mundial comparte la experiencia de haber sobrevivido a una pandemia, con todo lo malo y las adaptaciones que ello implica, sin embargo, no se sabe que actualmente y desde hace décadas estamos viviendo otra: la de los accidentes de tránsito.

Y es que, de acuerdo a cifras de Organización Mundial de la Salud, cada 24 segundo muere una persona a causa de un accidente vial y de acuerdo a cifras proporcionadas por la Subsecretaría de Movilidad de Colima, en México, cada año mueren 16 mil personas, lo que equivaldría a que los habitantes de los municipios de Minatitlán e Ixtlahuacán desaparecieran cada año o que, por ejemplo, unas 44 personas al día no regresen a sus casas debido a un hecho de este tipo.

Y es que a pesar de que mata a tanta gente, es un tema del que poco se habla como lo que es: una pandemia, pero además una que no acapara las primeras planas de los medios locales o internacionales, sino que incluso ya está normalizada, pues continuamente vemos cobertura mediática sobre accidentes en vialidades como Tercer Anillo, la calle Felipe Sevilla del Río y otras, sin que reciba la relevancia necesaria y sin que a todos estos accidentes se liguen como el problema que son.

Aunado a esto, los programas para promover una mejor educación vial y una sana convivencia en estos espacios, son pocos si no es que nulos, sobre todo cuando se trata de jóvenes pues de acuerdo a cifras de la misma dependencia local, el principal factor de riesgo de muerte en jóvenes de 20 a 39 años, es conducir bajo los efectos del alcohol.

Esta pandemia es perfectamente prevenible, pero todos tenemos que poner de nuestra parte, desde el peatón al conocer sus derechos y usar las vías de forma correcta, hasta los pasajeros y por supuesto, quienes están detrás de un volante.

Si bien, los datos sobre las muertes por hechos de tránsito son alarmantes, hay que sumarle el que no conocemos por completo el panorama, pues hay una cifra negra que deja fuera hechos de tránsito que por uno u otro motivo no fueron registrados por ninguna autoridad o medio y de los cuales desconocemos.

Esta columna no tiene el propósito de ser recordada con miedo o de implantar al lector el catastrofismo de la muerta cada vez que agarra el volante, pero sí de hacerle saber la magnitud de este problema y recordarles las consecuencias que un descuido de un segundo, un mensaje respondido mientras se maneja o de combinar el alcohol con el conducir.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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