Por Inmaculada Martínez
Valencia es una ciudad española sobrecogida por la tragedia del infernal incendio de un edificio que ha causado, de acuerdo a los primeros reportes, 4 fallecidos y 14 desaparecidos, donde el sol radiante no consigue apartar el mal presagio de que el número fatídico suba cuando al fin puedan entrar los bomberos.
La espectacularidad de las imágenes del incendio, que en cuestión de minutos se propagó el jueves por la tarde sin control en este complejo residencial “vanguardista y singular”, según la promotora que lo vendió hace 17 años, siguen muy presentes, así como la incredulidad de que haya podido ocurrir algo así.
El inmueble, que se mantiene en pie junto a una rotonda del barrio de Campanar, amaneció completamente teñido de negro y sobrevolado por drones, a la espera de que los bomberos puedan acceder al interior, mientras se mantiene acordonada la zona y ya se ha desmontado el hospital de campaña.
Vecinos de los edificios de los alrededores explicaron que han pasado la noche preocupados por el desarrollo del incendio, que coincidieron en calificar de “drama”, y explicaron que las llamas prendieron muy rápido: en cuestión de momentos se convirtió “en un infierno”.
Uno de esos vecinos, Antonio, indicó a EFE que su mujer salió al balcón a recoger ropa tendida y vio humo en el edificio cercano, donde enseguida aparecieron las llamas, y en cuestión de unos 10 minutos se había prendido todo, agravado además por el fuerte viento.
Relató que vio a algún vecino del edificio afectado saltar de un balcón a otro, y que siguieron en vilo el rescate por los bomberos de una pareja de un balcón; consideró que, pese a la rapidez de los servicios de emergencias, “ha sido un drama”.
Concha, que vive enfrente, dijo a EFE que la parece increíble la dimensión del incendio, pues nunca había visto algo así; se asustó por la voracidad de las llamas, que además prendieron muy rápido e hicieron como una especie de chimenea en el centro de este complejo de viviendas, y cree que algo ha fallado para que esto ocurra.
Es una promoción de 138 viviendas, oficinas y bajos comerciales, que cuenta con 2 edificios contiguos -uno de 14 plantas y otro de 7-, pero es una única comunidad de propietarios, que compartían servicios como una piscina.
Por lo que respecta a los habitantes de este edificio, hoy convertido en un gran esqueleto negro, 36 pasaron la noche en un hotel, y el resto en casas de familiares y amigos, sumidos en el estupor de haberlo perdido todo en cuestión de minutos, pues algunos salieron de casa solo con lo puesto e incluso sin documentación.
La ciudad de Valencia, en el este de España, que se preparaba para vivir este fin de semana el comienzo de las famosas fiestas de Fallas con actos como la Crida del domingo -la invitación a participar en las celebraciones-, ha suspendido todos los actos oficiales y falleros y vive este viernes el primero de los tres días de luto oficial, que se han hecho extensivos a toda la región valenciana.
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