Dependencia funcional y apoyo para personas mayores de México*
Por Dr. César Alfredo González González**
El envejecimiento demográfico, es decir, el aumento de la proporción de personas adultas mayores en el total de la población, sin duda ha sido y es un éxito de la humanidad, pues se ha logrado que una gran cantidad de personas sobrevivan más allá de los 60 años y que algunos vivan incluso, más de 100 años. Esta situación sin precedentes trae aparejado una serie de retos en los que hay que poner atención, uno de los más importantes es el incremento en el número de personas en situación de dependencia funcional, es decir, que necesitan apoyo de otras personas por un período prolongado para realizar ciertas actividades de la vida diaria. ¿Sabías que en México el nivel de dependencia en la población de 60 años o más está alrededor del 20%?
En las investigaciones que realizamos, la dependencia funcional se mide a través de la dificultad que tiene una persona para caminar de un lado al otro del cuarto, bañarse en una tina o regadera, comer (por ejemplo, cortar su propia comida), acostarse y levantarse de la cama, usar el excusado (incluido subirse, bajarse o ponerse en cuclillas) y vestirse. Si tiene dificultad en al menos una de estas actividades, la persona es considerada dependiente funcional.
¿Conoces a alguien que tenga dificultad en alguna de estas actividades?
Histórica y culturalmente, las personas adultas mayores con dependencia funcional se han apoyado en las redes familiares y vecinales que, de manera solidaria, ofrecen ayuda. Sin embargo, la población mexicana atraviesa por intensos cambios sociales y en la estructura familiar -ahora se opta por tener pocos hijos, se ha incrementado la migración nacional e internacional de los miembros de la familia, el número de divorcios va en aumento y cada vez es más común encontrar pareja en edades avanzadas y hay una mayor participación laboral de las mujeres- que sugieren que la oferta de apoyo familiar y vecinal a las personas con dependencia se reducirá en el futuro inmediato, mientras que aumentará la necesidad de cuidados a la persona adulta mayor.
¿Has escuchado o leído sobre estudios longitudinales? Son aquellos mediante los cuales se entrevista a un grupo de personas durante un periodo de tiempo y le preguntan lo mismo en diferentes años para conocer la evolución de ciertas características de interés para la persona investigadora. El Estudio Nacional de Salud y Envejecimiento (ENASEM) es uno de este tipo.
Pensemos en Juan, una persona adulta mayor a quien en 2001 se le preguntó si un médico le había dicho que tenía diabetes; después, se le entrevistó en 2003 y se le hizo la misma pregunta. Y así, también se le preguntó en 2012, 2015, 2018 y 2021. Al hacerlo, se puede revisar la evolución de la enfermedad en Juan, pero también en las otras personas adultas mayores que participan en el estudio. Para tratar de analizar diferentes dimensiones de la vida, el ENASEM además pregunta por las características sociodemográficas, la historia de migración, la familia y los arreglos en su vivienda, el estado de salud, la situación económica, la salud mental, entre otras.
Contar con información longitudinal permite a las y a los investigadores proponer objetivos de investigación como el siguiente: “identificar los factores asociados con la dependencia funcional futura de las personas mayores en México, así como con recibir o no apoyo para la realización de las actividades de la vida diaria”.
Para alcanzar ese objetivo de investigación se hacen análisis estadísticos avanzados y se predice quiénes podrían tener dependencia funcional en el futuro, en función de sus características actuales. Esta información se puede transformar en herramientas que nos ayuden a entender nuestros propios riesgos. ¿Quieres saber tus probabilidades de tener dependencia leve o severa, y cuál es la probabilidad de recibir cuidados? Ingresa tus datos o los de un familiar en la calculadora en línea:
https://www.iadb.org/es/panorama/calculadora
La dependencia funcional está relacionada con ciertas características; entre quienes tienen mayor probabilidad de ser dependientes en el futuro están las personas de mayor edad, de menor nivel educativo, quienes están diagnosticadas con hipertensión, diabetes, artritis o presentaron embolia cerebral, así como aquellas personas que presentan obesidad, y que son mujeres.
¿Por qué estudiamos la dependencia funcional en México? Las nuevas realidades demográficas, familiares, sociales y de salud, dejan ver que la dependencia funcional y los servicios de apoyo a quienes están en situación de dependencia -y a las personas cuidadoras- van en aumento. Entre más evidencia científica se genere y entre mayor conocimiento tengamos sobre la dependencia funcional, mejores serán las decisiones que se tomen y podrá aumentar el bienestar de las personas adultas mayores.
Quienes hacemos investigación esperamos que nuestros resultados sirvan de insumos para el diseño de intervenciones y políticas públicas dirigidas a prevenir y retrasar la presencia de la dependencia funcional o reducir su severidad, así como mejorar la atención a las personas adultas mayores que ya tienen algún grado de dependencia funcional.
*El texto está basado en un artículo de investigación que puede consultarse en línea y se hizo en colaboración con investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID):
González-González C, Cafagna G, Hernández Ruiz MDC, Ibarrarán P, Stampini M. Dependencia funcional y apoyo para personas mayores de México, 2001-2026. Rev Panam Salud Publica. 2021 Sep 1;45:e71. Spanish. doi: 10.26633/RPSP.2021.71. PMID: 34475881; PMCID: PMC8369130.
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