Por Dayana Michelle Vázquez Álvarez*
La tasa de analfabetismo en México disminuyó, de 25.8% en 1970 a 4.7% en 2020, esto representa un aumento del 74.2% en la alfabetización, según datos del INEGI (2020). Sin embargo, late una pregunta crucial: ¿Este aumento en la alfabetización refleja un verdadero aprendizaje?
En 2022, una encuesta reveló que solo el 53% de las personas alfabetizadas en México consideran que comprenden la mayor parte de lo que leen (INEGI). Esto significa que 5 de cada 10 personas creen entender lo que leen.
El sistema educativo mexicano es objeto de numerosos debates, en especial en torno a la distinción entre educación y escolarización. Esta diferencia es fundamental para entender si las escuelas en México forman individuos o solo están transmitiendo conocimientos. A lo largo de este artículo, exploramos estas cuestiones basándonos en opiniones de expertos y encuestas realizadas en un congreso nacional estudiantil.
Conceptualización de educación y escolarización
Para entender el dilema, definamos términos. La escolarización, según Carlos Ernesto Noguera Ramírez y David Andrés Rubio Gaviria en el libro Genealogías de la Pedagogía (2020), es el proceso mediante el cual se inscribe a los individuos en las escuelas, se enfoca principalmente en la transmisión de conocimientos y el cumplimiento de normas y currículos predefinidos. En contraste, la educación es vista como la acción de ayudar y acompañar al discípulo a encontrar su propio camino, además de ser un vehículo para la emancipación y el desarrollo integral de los individuos. Implica un enfoque más personalizado, que fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de enfrentarse a los desafíos de manera autónoma y significativa.
Durante el Encuentro Nacional de Estudiantes de Pedagogía y Ciencias de la Educación (ENEPCE) en su 22ª edición, celebrado en la Ciudad de México en mayo de 2024, se realizó un sondeo con preguntas como: “En tu opinión, ¿Qué es estar escolarizado?, ¿Qué es estar educado?, ¿En México estamos más escolarizados o educados?”, entre otras. En total, 7 preguntas se plantearon a 10 personas, a igual número de hombres y mujeres, con edades entre 18 y 35 años. La mayoría eran estudiantes de carreras como Pedagogía, Filosofía y Educación. Los encuestados provenían de diversos estados: 3 de Toluca, 5 del Estado de México, 1 de Veracruz y 1 de Colima. Las respuestas brindan una perspectiva valiosa sobre esta cuestión y reflejan cómo las experiencias personales influyen en la percepción de estos términos.
Percepciones sobre la escolarización y la educación en México
Una de las respuestas destacó la educación como proceso integral y transformador:
“Educar es un acto de amor, enseñar, compartir conocimientos, saber qué es lo que te gustaría que la sociedad cambiara o transformara y que no se repitiera después. Compartes tus expresiones, saberes y todo de ti, para que los demás tengan la motivación de enseñar y amar el conocimiento”. (Yahir Ayala, estudiante de la UNAM)
La visión está alineada con las ideas del educador brasileño Paulo Freire (1921-1997), quien ve la educación como una práctica liberadora que fomenta la reflexión y la acción.
Otras respuestas se enfocaron en aspectos más técnicos y prácticos de la educación; por ejemplo, Miguel Navarro, estudiante de la Universidad Veracruzana, comenta: “Procesos donde se adquieren conocimientos, habilidades y aptitudes”.
Jazmín, estudiante de la UAEMEX, responde: “Enseñar para aprender por la necesidad de una calificación, pero también educar como acompañamiento humanitario”.
Este enfoque refleja una visión utilitaria de la educación, similar a la concepción de Meyer y Ramírez sobre la escolarización como proceso homogéneo y universalista orientado a la capacitación y entrenamiento. Sin embargo, algunas respuestas mostraron confusión entre los términos:
“La acción de implementar el currículum aplicando los conocimientos que se desean transmitir”, Miguel Navarro, estudiante de la Universidad Veracruzana.
“Es escuchar y quedarse solamente con lo que dice el docente”, Paula, estudiante de la Universidad Pedagógica Nacional Toluca.
Al abordar la pregunta de si en México estamos más escolarizados o educados, las opiniones varían. Un encuestado expresó:
“Estamos muy escolarizados, pero muy mal escolarizados. El sistema educativo no logra los objetivos y propósitos para los que fue diseñado. Todos los seres humanos estamos educados, ya que vivimos desarrollándonos dentro de un contexto social. La verdadera cuestión es educados, para qué o para dónde”, Blanca, estudiante de la Universidad Pedagógica Nacional Toluca.
Otro participante señaló:
“Más educados. Si estuviésemos más escolarizados, se hablaría más del sistema educativo como formador. La educación está implícita en todos lados y la escuela no lleva un control general de todo esto. Uno se puede educar en casi cualquier lugar, pero la escuela ofrece un ambiente controlado que le da un rumbo a la educación”, Jonathan Hernández, estudiante de Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
Reflexión final
Estas respuestas subrayan la necesidad de un equilibrio entre escolarización y educación. Mientras que la escolarización proporciona una base estructural y conocimientos básicos, es esencial complementar con una educación que fomente la autonomía, el pensamiento crítico y la creatividad. Sin este equilibrio, los estudiantes se convierten en simples receptores de información.
El análisis breve que hacemos, por razones de espacio, sugiere que el sistema educativo en México escolariza más que educa. A pesar de los esfuerzos para mejorar la tasa de alfabetización, la calidad de la educación en términos de comprensión y pensamiento crítico disminuyó.
Es esencial que las autoridades educativas revisen y reformen el enfoque actual, integrando métodos que promuevan una educación integral. La educación debería aspirar a desarrollar individuos críticos, creativos, autónomos, y capaces de enfrentar los desafíos del siglo XXI. Esto requiere un cambio, donde la escolarización estructurada se complementa con métodos educativos que fomenten el pensamiento independiente y la capacidad de resolver problemas de manera innovadora.
Para lograr este objetivo es necesario un compromiso conjunto de maestros, administradores, estudiantes y padres de familia. Solo así podremos asegurar que las futuras generaciones estén realmente educadas y no solo escolarizadas.
*Estudiante de cuarto semestre en la licenciatura en Pedagogía de la Universidad de Colima. Artículo escrito en el curso “Formación Ciudadana”, impartido por Juan Carlos Yáñez Velazco.
