Lun. Jul 8th, 2024

COLUMNA: Ciencia y Futuro

Por Redacción Jul5,2024 #Opinión

Luces del pasado, presente y futuro, la evolución de la iluminación y su impacto en nuestra vida

Por Doctora Janeth A. Alcalá Rodríguez*

La evolución de la iluminación en nuestra vida cotidiana ha experimentado una revolución significativa en la última década. Hemos pasado de la lámpara incandescente, esas que recordamos comprar en la tiendita de la esquina, de cristal transparente, con un filamento de alambre y que iluminaban en colores cálidos hasta llegar a la tecnología conocida como LED, diodo emisor de luz (light emitting diode), que consumen menos energía, genera menos calor y puede producir iluminación en una diversa gama de colores. 

Actualmente se puede controlar la iluminación con un simple botón, por voz y hasta lo podemos hacer a distancia desde nuestro teléfono celular; hemos llegado a lo que llamamos “iluminación inteligente”, lo que evidentemente ha impactado en nuestra comodidad. Sin embargo, como en casi todos los procesos derivados del desarrollo de la tecnología, la moneda tiene 2 caras y estos avances tecnológicos tienen un costo, lo que nos obliga a cuestionarnos: ¿Qué tanto sabemos de ello? 

La humanidad y la iluminación 

La historia de la iluminación en nuestra vida empezó con soluciones muy básicas, como las velas y las lámparas de aceite que eran efectivas, pero tenían muchos inconvenientes, como el riesgo de incendio y una limitada iluminación. Esto generó la necesidad de buscar formas para mejorarla, y así nacieron las lámparas incandescentes. En términos generales, estas lámparas “se encienden” al conducir electricidad a través de un filamento de metal, usualmente tungsteno, que se calienta y emite luz. Fueron una verdadera revolución en su momento, pues eran capaces de proporcionar luz de forma constante, pero con desventajas importantes, como el alto consumo de energía y el calor generado.

Esto originó la búsqueda de nuevas soluciones para reducir costos en el consumo de energía, lo que llevó a la creación de las lámparas halógenas y, posteriormente, las fluorescentes.

Las lámparas halógenas suelen tener formas alargadas o en forma de tubo y se diferencian porque tienen en su interior un pequeño tubo de cristal que encierra un filamento y contiene una pequeña cantidad de gas halógeno; este gas ayuda a prolongar la vida útil de la lámpara. Por otro lado, las lámparas fluorescentes se identifican fácilmente por su forma espiral o de tubo alargado, y se caracterizan por tener una caja conocida como balastro, que regula el encendido y apagado de la lámpara.

Entre las ventajas de estas lámparas está la reducción del consumo energético, ya que con una menor cantidad de energía pueden producir una mayor cantidad de iluminación. Sin embargo, entre sus desventajas resalta su incompatibilidad para regular la intensidad luminosa y, más importante, que contienen mercurio, un elemento tóxico. Aunque la cantidad de mercurio es pequeña, representan un riesgo ambiental, sobre todo al desecharlas. Si una lámpara fluorescente se rompe, se libera mercurio y su limpieza debe realizarse con precaución, algo que normalmente no sabemos y no tomamos en cuenta en nuestros hogares. Por ello, se recomienda que estas lámparas, una vez dañadas, se guarden por separado y se entreguen en campañas de recolección de chatarra electrónica, algo que normalmente pasamos por alto y con lo que inconscientemente dañamos nuestro planeta.

Con el compromiso de mejorar la eficiencia energética, contribuir a reducir los efectos del cambio climático y promover la sostenibilidad de nuestro planeta, nació la iluminación LED.

El costo de la comodidad y la modernidad 

La iluminación LED ha revolucionado nuestro entorno, reduciendo significativamente el consumo de energía. Además, al fabricarse con diferentes materiales, nos permite obtener distintos colores de iluminación y regular su intensidad, encendido y apagado, lo que la hace muy atractiva. Esto ha originado que su crecimiento en el mercado se dispare vertiginosamente. Actualmente, no es raro encontrarlas en los hogares, e incluso se vuelve cada vez más común el uso de sus funciones inteligentes para la comodidad del hogar. Sin embargo, la historia nos enseña que debemos aprender de los efectos adversos de nuestros actos y sus consecuencias.

La comodidad que ofrece la modernidad en cuanto a iluminación tiene un costo que se paga en términos de salud y por el uso de nuestro sistema eléctrico. Al modificar la intensidad de la iluminación, el color de la luz e incluso su intermitencia, provocamos que la forma en que demandamos energía a la red eléctrica no sea la ideal, lo que puede tener un costo. Por ello, se desarrollan estudios para determinar el impacto de la penetración de luminarias LED con funciones integradas de regulación de intensidad y funciones inteligentes. Si masificamos de forma desmedida esta tecnología, y más importante aún, si no cumple con las normas o certificados de calidad para estar en el mercado, en algún momento tendremos que pagar las consecuencias.

¿Esto quiere decir que no debemos usarlas? No necesariamente, sino que debemos aprender a utilizarlas con responsabilidad y, sobre todo, a consumir con un compromiso hacia nuestro entorno, asegurándonos de que las marcas que adquirimos cumplan con las normas y estándares de calidad. Debemos evitar comprar lámparas sin garantía y aprender a leer las etiquetas, preocupándonos por nuestro planeta. En muchas ocasiones, adquirimos tecnología que ha entrado al país de forma ilegal o que no cumple con las normas y estándares esperados.

En este sentido, desde el punto de vista de la ingeniería, en la Facultad de Ingeniería Electromecánica de la Universidad de Colima estudiamos y diagnosticamos la salud de la red eléctrica. Actualmente, estudiantes de la carrera de Ingeniero Mecánico Electricista trabajan en su proyecto de tesis sobre el efecto de la alta penetración de lámparas LED en redes de bajo voltaje. Como resultado, han diseñado una aplicación que se puede utilizar desde un teléfono móvil y permite comprender los efectos que producen distintos tipos de lámparas al conectarse a la red eléctrica. Este trabajo ha resultado en una publicación, y la aplicación desarrollada está en proceso de registro de obra. ¿Les gustaría conocer más acerca de esta aplicación?

Sobre la publicación, los siguientes son sus datos:

Alcalá, J., Romero Huerta, L., Tena Favela, J. D., Charre Ibarra, S. M., Gudiño-Lau, J., & Durán Fonseca, M. Ángel. (2024). Utilizando MATLAB® App Designer: Una Interfaz Interactiva para Analizar Luminarias de Bajo Voltaje. XIKUA Boletín Científico De La Escuela Superior De Tlahuelilpan, 12(23), 42-47. https://doi.org/10.29057/xikua.v12i23.11836

*Profesora investigadora de la Facultad de Ingeniería Electromecánica de la Universidad de Colima. janethalcala@ucol.mx

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

Autor

Related Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *