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ARTÍCULO: El tablero meridional y su lucha silenciosa

Por Redacción Sep24,2024

Por Ximena Guadalupe Arroyo Zamora*

Imagina un vecindario donde todos comparten un mismo patio lleno de recursos valiosos como agua, frutas y minerales, de repente, uno de los vecinos comienza a colocar cercas, reclamando que una gran parte del patio le pertenece solo a él, mientras los demás vecinos no están de acuerdo, generando tensiones y conflictos sobre quién tiene derecho a esos recursos que en un principio debían ser compartidos.

Esto es lo que a grandes rasgos está pasando en el mar de la China Meridional, pero ¿qué hay en esta región que justifica un conflicto entre tantas naciones?

También conocido como Mar del sur de China, es una región que no solo tiene abundantes recursos naturales como petróleo y gas, sino que también es crucial para las rutas comerciales globales y la proyección de poder militar, el cual se encuentra disputado China, Vietnam, Filipinas, Malasia, Brunéi y Taiwán, los cuales reclaman partes del mar basándose en la legalidad establecida en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS).

Las disputas territoriales en esta región se centran en el control de archipiélagos como las islas Spratly y Paracel, las islas son crucial no solo por su ubicación estratégica en el comercio global -ya que es donde se transita aproximadamente el 30% del comercio mundial-, sino también por sus vastos recursos naturales de gas y petróleo que harían que la super potencia asiática deje de depender de los hidrocarburos que le compra a Rusia y el Golfo Pérsico.

Haciendo una pequeña recapitulación histórica, estas islas entran en conflicto moderno durante la Segunda Guerra Mundial, Japón ocupó las islas Spratly y las utilizó como base militar que, al finalizar el conflicto, renunció a su soberanía sobre las islas en el Tratado de Paz de San Francisco (1951), pero la cuestión de su titularidad no se resolvió, lo que permitió que países como China y Vietnam empezaran a reclamarlas. En la década de 1950, tanto China como Taiwán y Vietnam del Sur reforzaron sus reclamaciones sobre las Spratly, ocupando algunas islas estratégicas.

En 1970 y 1980, Filipinas, Malasia y Brunéi se sumaron al conflicto, demandando partes del archipiélago basándose en la proximidad geográfica y la soberanía marítima. A lo largo de las últimas décadas, China ha adoptado una postura más agresiva, enviando barcos militares y construyendo islas artificiales en la región para reforzar sus reclamaciones.

Una de las tácticas presentadas por China, fue la «línea de los nueve puntos», en la década de 1940 que reclama gran parte del Mar como su territorio, ignorando las fronteras marítimas establecidas por UNCLOS, este mapa extiende el territorio chino más allá de las 200 millas náuticas permitidas por el convenio de la Zona Económica Exclusiva, China justifica sus demandas en derechos históricos, sin embargo, no ha presentado pruebas legales que sean aceptadas internacionalmente.

Los países pueden abordar la disputa utilizando foros como la ASEAN promover el diálogo y la resolución pacífica, el establecimiento de acuerdos bilaterales para la explotación conjunta de los recursos naturales en la región sería un paso estratégico, ya que beneficiaría a todos los países sin sacrificar su propia estabilidad regional.

Una cosa es clara: este conflicto simboliza un choque mucho más amplio entre Occidente y Oriente, China, como potencia emergente, busca desafiar el orden internacional establecido, mientras que Estados Unidos y sus aliados, como Japón, ven el control chino del Mar de China Meridional como una amenaza para la libertad de navegación y la seguridad regional, en este sentido, el conflicto no solo trata sobre recursos, sino también sobre el equilibrio de poder global, ya que Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en la región y ha intensificado las alianzas con los países del sudeste asiático para contener la expansión china.

Este conflicto es una batalla geopolítica entre un Occidente que defiende el statu quo y un Oriente, liderado por China, que busca modificarlo a su favor.

Desde una perspectiva internacionalista, el futuro de la región dependerá de la capacidad de los actores involucrados para gestionar sus intereses a través de la diplomacia, si bien el conflicto podría continuar en términos de militarización y tensiones diplomáticas, la interdependencia económica entre China y los países del sudeste asiático podría ser un incentivo para evitar una confrontación militar directa. No obstante, si las acciones unilaterales de China continúan sin moderación, la región podría enfrentarse a una escalada de tensiones que altere significativamente el equilibrio de poder en Asia y, por extensión, en el mundo.

El camino más viable para la paz en la región es establecer un marco multilateral en el que todos los países puedan participar equitativamente en la explotación de los recursos, respetando el derecho internacional y preservando la seguridad marítima.

*Alumna de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Colima

Disputa en el Mar de la China Meridional, ¿cómo empezó? (2021, 22 enero). 1. http://pueaa.unam.mx/blog/disputa-mar-de-china-meridional#:~:text=El%20mar%20es%20rico%20en,todos%20los%20pa%C3%ADses%20en%20disputa.

Lalinde, L. M. (s.f). Las islas Spratly: El conflicto que separa a China de los países del Sudeste Asiático. 10ma Edición simposio electrónico internacional sobre política china. https://politica-china.org/areas/seguridad-y-defensa/x-sei-las-islas-spratly-el-conflicto-que-separa-a-china-de-los-paises-del-sudeste-asiatico

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