Lun. Mar 31st, 2025

EDITORIAL: Un compromiso urgente en Colima

En Colima, como en el resto del Mundo, el suicidio juvenil es un problema que nos desafía como sociedad. Según datos recientes de la Secretaría de Salud estatal, en los últimos años hemos presenciado un incremento preocupante en los casos de suicidio en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años, ubicando a ese sector como uno de los más vulnerables en la entidad. Esa situación exige respuestas inmediatas y un compromiso coordinado entre familias, instituciones educativas, organismos de salud y el Gobierno en sus 3 niveles.

El suicidio no es solo una tragedia individual, sino también un indicador de problemas estructurales que afectan el bienestar de nuestros jóvenes. Entre las causas más comunes destacan la salud mental no atendida, el acoso escolar, las dificultades económicas y la falta de redes de apoyo. En ese contexto, es necesario asegurar que el acceso a servicios de salud mental en Colima sean los suficientes para atender la demanda, especialmente en zonas rurales, donde la carencia de especialistas es aún más crítica.

En las escuelas y universidades, la prevención debe convertirse en una prioridad. Espacios como el Centro Universitario para el Bienestar Integral (CUBI) de la Universidad de Colima (UdeC) pueden ser fortalecidos como puntos de atención temprana. Sin embargo, esas iniciativas requieren una mayor difusión y recursos que permitan llegar a más estudiantes, además de programas educativos que desestigmaticen el diálogo sobre la salud mental.

Las familias, por su parte, también necesitan apoyo. La capacitación para identificar señales de alerta, el acceso a líneas de emergencia y la orientación para abordar situaciones de riesgo son fundamentales. En ese sentido, campañas promovidas por las autoridades locales, son un paso en la dirección correcta, pero aún falta consolidar una red integral que brinde atención inmediata y seguimiento.

Es urgente, también, que se destinen mayores recursos al fortalecimiento de los servicios de salud mental y se desarrollen políticas públicas que prioricen el bienestar de la juventud. Pero no podemos dejar todo en manos de las autoridades; como sociedad, es necesario eliminar los prejuicios que rodean los trastornos emocionales y construir una cultura de apoyo, comprensión y empatía.

En Colima, la juventud es el futuro. No podemos permitir que nuestros jóvenes enfrenten solos las dificultades de la vida. Prevenir el suicidio no es solo salvar una vida, es salvar un Mundo lleno de posibilidades. Como sociedad, estamos llamados a actuar. El tiempo de hacerlo es ahora.

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