Dom. Abr 6th, 2025

EDITORIAL: Universidad con rostro humano

La Universidad de Colima (UdeC) ha consolidado, a través de su Voluntariado, un modelo de participación social que trasciende las aulas y se convierte en un vínculo real con la comunidad. El Cuarto Informe de labores de Blanca Liliana Díaz Vázquez, al frente de esa noble instancia universitaria, no solo es un recuento de actividades, sino una muestra del impacto tangible que tiene el compromiso universitario en la vida de las personas.

El Voluntariado de la UdeC ha sabido responder a necesidades concretas con acciones efectivas. Doce campañas de donación de sangre permitieron salvar más de mil vidas, la Semana Universitaria de Lucha contra el Cáncer de Mama promovió la prevención y concientización sobre esa enfermedad, mientras que el programa Loromanía brindó espacios de recreación y aprendizaje a cientos de niñas y niños, incluyendo a aquellos con necesidades especiales. Además, iniciativas como las Lorolimpiadas para hijas e hijos de trabajadores universitarios y las celebraciones navideñas en todas las delegaciones, han fortalecido el sentido de comunidad dentro de la institución.

El alcance del Voluntariado va aún más lejos. Su labor no solo atiende necesidades inmediatas, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad más sostenible y equitativa. Ejemplo de ello es el Sistema Institucional de Gestión Ambiental (SIGA) y el programa ReforestAcción, que han logrado la plantación de más de 10 mil árboles en distintos campus y municipios, fomentando la conciencia ecológica en las nuevas generaciones.

Asimismo, el compromiso con la educación y la inclusión social se ve reflejado en el trabajo de la Estancia Infantil de la UdeC, que no solo ofrece atención de calidad a 181 niños, sino que también impulsa campañas de salud, formación docente y programas de cultura ambiental desde la primera infancia. Ese esfuerzo es fundamental para garantizar un desarrollo integral de los más pequeños y brindar apoyo a las familias universitarias.

Más allá de las cifras y los proyectos, el Voluntariado de la UdeC es una manifestación del espíritu de servicio que debe caracterizar a cualquier institución educativa. No es una labor secundaria ni un complemento de las actividades académicas, sino una extensión natural del compromiso universitario con la sociedad. Como bien lo expresó el Rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, “el Voluntariado es un puente entre la academia y la sociedad, una vía para transferir conocimientos, valores y compromiso social hacia quienes más lo necesitan”.

El respaldo del Gobierno del estado y el reconocimiento de la comunidad universitaria confirman la relevancia de esa iniciativa. Como lo señaló Viridiana Valencia Vargas, secretaria de Bienestar, Inclusión Social y Mujeres, el Voluntariado no es una instancia decorativa, sino una fuerza activa y organizada que transforma vidas. Su liderazgo ha sabido imprimir cercanía, empatía y profesionalismo a cada acción emprendida.

En tiempos donde la individualidad y la indiferencia parecen prevalecer, esfuerzos como el del Voluntariado de la UdeC nos recuerdan la importancia de la solidaridad. La Universidad no solo forma profesionistas, sino también ciudadanos comprometidos con su entorno. Cada estudiante, docente y trabajador que se suma a esas acciones contribuye a la construcción de una sociedad más justa y humana.

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