Miles de personas se congregaron este domingo en el Zócalo de Ciudad de México para formar una bandera LGTBI gigante con sombrillas y playeras multicolores, como parte de las actividades previas a la marcha del Orgullo del 28 de junio.
Más de 5 mil asistentes respondieron a la convocatoria lanzada por el Gobierno capitalino y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, con el propósito de visibilizar la diversidad y los derechos de la comunidad LGTBI.
Pese a la lluvia, participantes como José Antonio Tovon recordaron los avances en aceptación familiar desde los años 80, aunque otros como Carlos Miguel, hombre trans, señalaron que la lucha aún persiste: “Volver al clóset ya no es opción”.
Según la Encuesta sobre la Salud Mental de las Juventudes LGTBI (2024), más del 50% de los jóvenes de la comunidad en México han considerado el suicidio en el último año, siendo el entorno familiar el principal factor de riesgo.
El maestro Julio Castro lamentó que aún existan “deudas históricas” del Estado con la comunidad, como los 739 casos de asesinatos y desapariciones documentados entre 2014 y 2025 por el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio.
“El hecho de ser visibles es un acto político. Estamos aquí por quienes ya no están y por quienes vendrán”, expresó Castro, mientras de fondo sonaba ‘A quién le importa’, himno emblemático del movimiento.
La bandera del Orgullo fue creada en 1978 por el artista Gilbert Baker a petición del activista Harvey Milk, y con el tiempo se ha transformado en el símbolo más importante del movimiento LGTBI+, que hoy agrupa múltiples identidades de orientación sexual y género.
