Educar para cuidar: el arte como herramienta de educación ambiental con jóvenes
Por Mireya Sarahí Abarca Cedeño*
Comprender los desafíos actuales del mundo no es un privilegio ni un asunto menor, sino una necesidad urgente. El contexto global y local, marcado por profundas transformaciones sociales, ambientales y políticas, nos exige repensar si las estrategias educativas vigentes responden de manera pertinente a las inquietudes y potencialidades de las juventudes. ¿Estamos formando personas críticas, participativas y comprometidas con el bienestar colectivo? Esta reflexión es un incentivo para quienes trabajamos en instituciones educativas: contribuir a una formación que despierte conciencia y oriente hacia una acción profesional con sentido social y transformador.
En un mundo marcado por la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la explotación desmedida de los recursos, formar a las nuevas generaciones en el cuidado del planeta ya no es una opción, sino una urgencia. Los y las jóvenes de hoy no solo heredarán las consecuencias de nuestras decisiones actuales, sino que también tienen en sus manos la posibilidad de imaginar y construir futuros más sostenibles. Sin embargo, para que esto ocurra, necesitamos una educación ambiental que no se limite a datos alarmantes, sino que despierte la sensibilidad, el pensamiento crítico y el compromiso hacia la acción.
En esta búsqueda, el arte se revela como una herramienta educativa poderosa. No solo permite expresar ideas y emociones, sino también canalizar el aprendizaje, desarrollar habilidades y ejercitar posturas éticas acordes a las necesidades del mundo en el que vivimos. Tiene el poder de transmitir mensajes de forma emocional y profunda, generando conexiones personales con los problemas socioambientales. Cuando el arte se entrelaza con la educación ambiental, nacen experiencias significativas que permiten conectar con la naturaleza desde lo simbólico, lo estético y lo emocional, reconociéndose como parte de ella y no como simples observadores.
Del plan a la acción: estrategias artísticas para una educación ambiental viva
Una de las formas más potentes de acercar a los y los jóvenes al tema ambiental es a través del cine documental. Ver historias reales sobre comunidades afectadas por el cambio climático, proyectos de conservación o personas defensoras del territorio permite no solo informarse, sino también empatizar y reflexionar. El cine ofrece una experiencia sensorial completa que va más allá de lo racional: conmueve, indigna, inspira. A través de cine-debates, los estudiantes pueden expresar lo que sintieron, discutir causas y consecuencias, y pensar en soluciones. No se trata solo de mirar, sino de mirar con conciencia.
Otra estrategia efectiva es fomentar la escritura creativa y el acercamiento a la literatura con enfoque ambiental. Leer cuentos, poemas o ensayos que exploren la relación entre el ser humano y la naturaleza abre puertas al pensamiento crítico y la sensibilidad. A partir de estas lecturas, o de la discusión de cortometrajes, invitar a las y los estudiantes a escribir sus propios relatos, cartas a la Tierra o diarios ambientales les da voz y los conecta emocionalmente con el entorno. La palabra escrita, cuando nace del sentir, tiene fuerza de semilla.
Por último, el desarrollo de murales colectivos en los espacios escolares se convierte en una experiencia transformadora. Crear un mural implica imaginar, planear, discutir y plasmar visualmente una idea común. Cuando el tema gira en torno al cuidado del medio ambiente, la obra final se convierte en un mensaje vivo que queda en la escuela como recordatorio constante del compromiso con la Tierra. Además, pintar juntos fortalece la colaboración, el sentido de pertenencia y el poder de lo colectivo. Es arte que educa, que comunica, que permanece.
Sembrar conciencia es sembrar futuro
La educación ambiental necesita estar viva en el aula, en el arte, en los cuerpos y en las conversaciones cotidianas. El arte, por su capacidad de provocar, cuestionar y conmover, nos ayuda a abrir esa puerta. Cuando las y los jóvenes se expresan desde su mundo interior, cuando son escuchados, cuando sienten que su creatividad puede generar impacto, se enciende en ellos una chispa de agencia: descubren que sí pueden transformar su entorno
Frente al desencanto que muchas veces provocan los problemas ambientales -por su escala, su complejidad o su aparente lejanía-, el arte ofrece una vía para resignificar. No se trata de negar la gravedad de lo que vivimos, sino de construir esperanza activa, que se cultiva mejor cuando se hace con las manos, con la mirada, con el corazón. Cuando el arte se pone al servicio de la Tierra, nace una pedagogía que toca profundamente, que deja huella, que florece.
Educar ambientalmente a través del arte es, en última instancia, un acto de amor por la vida. Es sembrar en cada joven la certeza de que lo que hace, lo que piensa, lo que siente, importa. Y que su creatividad no es solo una forma de expresión, sino también una vía para resistir la indiferencia y construir un mundo más justo y habitable para todos los seres que lo habitamos.
Nota: Este texto surge como parte de una experiencia educativa desarrollada con estudiantes de sexto semestre del Bachillerato 30 de la Universidad de Colima, en el marco del proyecto “El arte como herramienta de educación ambiental para la sustentabilidad”, apoyado por la Convocatoria 2022 de Fortalecimiento a la Investigación de la Universidad de Colima. Colaboraron: Rosalba Thomas, Lourdes Covarrubias, Adriana de la Mora, Juan Franco y Fernando Daza.
Uno de los libros, producto del proyecto, cuyo título es El arte como herramienta de Educación ambiental para la sostenibilidad se puede consultar en:
*Profesora e investigadora de la Universidad de Colima, en la Licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas y en la Maestría en Intervención Educativa de la Facultad de Ciencias de la Educación. Forma parte del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación. Sus líneas de investigación son: procesos y prácticas educativas, educación e intervención en contextos comunitarios y desarrollo saludable.
Email: mireya_abarca@ucol.mx
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