Por Imane Rachidi
El Gobierno armenio acusó a Azerbaiyán de aplicar una “política estatal de odio racial” hacia las personas de etnia armenia y lamentó que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) no pudiera “detener esa campaña racista” que culminó en septiembre pasado con “la limpieza étnica” del enclave de Nagorno Karabaj.
En una intervención ante la CIJ, Yeghishe Kirakosyan, representante de asuntos jurídicos de Armenia, denunció “las atroces políticas y prácticas de discriminación racial” de Bakú contra personas de etnia armenia, motivo por el que Ereván inició este caso contra Azerbaiyán en septiembre de 2021, centrado en la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (CERD).
“El gobierno de Azerbaiyán ha cultivado durante décadas una cámara de eco de odio racista contra los armenios étnicos. A los niños de Azerbaiyán se les enseña a odiar y matar armenios en sus libros de texto escolares. Los medios estatales emiten discursos de odio. Los funcionarios públicos deshumanizan a los armenios étnicos y llaman a su completa eliminación”, aseguró Kirakosyan.
La CIJ inició este lunes (15) audiencias que se extenderán 2 semanas para escuchar las objeciones de Armenia y Azerbaiyán contra casos presentados en 2021. Ambos iniciaron procedimientos separados uno contra el otro por presunta violación de la CERD, acusándose mutuamente de estar llevando a cabo una “limpieza étnica”.
“Esta política estatal de odio racial se intensificó violentamente en septiembre de 2020, cuando Azerbaiyán lanzó una guerra de agresión contra los armenios étnicos de Nagorno Karabaj. El objetivo declarado era eliminar y expulsar a las personas de etnia armenia de su tierra natal”, explicó el representante armenio.
Acusó a soldados azerbaiyanos de “asesinar, torturar y abusar sistemáticamente” de personas de etnia armenia durante 44 días, con una “intimidación generalizada” que llevó a la expulsión de “al menos 30 mil personas de su tierra natal”, algo que tildó de “impactantes atrocidades que fueron la culminación de décadas de discriminación racial”.
“Armenia buscó responsabilidades bajo la CERD. Importante: también buscó la protección urgente del tribunal para aquellas personas vulnerables de etnia armenia que, en ese momento, aún no habían sido asesinados o expulsados”, recordó.
La Corte pidió a finales de 2021 a los 2 países evitar violar la Convención, pero ambos ignoraron las órdenes de la CIJ, que no tiene mecanismos prácticos para imponer sus fallos.
“Todos sabemos lo que ha sucedido desde entonces. Para el profundo pesar de Armenia y la comunidad internacional, ni siquiera el tribunal pudo detener la marea de la campaña racista de limpieza étnica de Azerbaiyán”, señaló Kirakosyan.
El 19 de septiembre pasado, Azerbaiyán lanzó una operación militar de 24 horas para recuperar todo Nagorno Karabaj, perteneciente a este país, pero poblado hasta entonces por unos 120 mil armenios, una ofensiva que causó un éxodo masivo.
Armenia volvió a recurrir al tribunal, acusó a Azerbaiyán de haber culminado “una limpieza étnica” en Nagorno Karabaj y denunció que ya “no queda casi ninguna persona de etnia armenia” en el enclave. Azerbaiyán rechazó esta afirmación y recalcó que la salida de los karabajíes del enclave “es una decisión personal e individual y no tiene nada que ver con una reubicación forzosa”, y les pidió públicamente quedarse como ciudadanos de Azerbaiyán.
No obstante, los karabajíes rechazan cualquier forma de convivencia con los azerbaiyanos tras 2 guerras por el control de Nagorno Karabaj en las últimas 3 décadas y temen que sus derechos y su seguridad no estén garantizados si permanecen en el enclave.
“Después de haber amenazado con hacerlo durante años, Azerbaiyán ha completado la limpieza étnica de la región y ahora la está borrando sistemáticamente todos los rastros de presencia de etnia armenia, incluido el patrimonio cultural y religioso armenio. Todo esto está sucediendo mientras este caso está pendiente”, denunció Kirakosyan.
En su intervención ante la CIJ, Azerbaiyán acusó a Armenia de dirigir una “campaña mediática pública” contra Bakú e instó al tribunal a “desestimar” el caso que los enfrenta por “discriminación racial” porque incumple la precondición de “negociación” entre ambos países.
Como respuesta, Armenia aseguró que Bakú “distorsiona la realidad” y le acusó de haber “prolongado las negociaciones tanto como fuera posible” mientras “expulsaba” a personas de etnia armenia de sus hogares, “torturaba detenidos” y “destruía patrimonio cultural armenio”.
“Armenia, sin embargo, negoció con Azerbaiyán de buena fe y llevó las discusiones mucho más allá del punto de utilidad”, contestó el representante armenio. La CIJ aún no tiene fecha para anunciar su decisión sobre las objeciones preliminares presentadas por ambos países.
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