Por Jonathan Miguel Arellano Rodríguez, Fanny Saraí Gutiérrez Espinosa, Víctor Adonay Michel Sánchez y Lourdes Janet Ovando García*
La educación es la clave para construir sociedades con futuro sostenible. Es innegable que se han realizado avances significativos en programas educativos. Sin embargo, persisten desafíos importantes y preocupaciones que requieren atención urgente, con un compromiso continuo por parte de todos los involucrados, sobre todo en la efectividad y equidad.
Este artículo tiene como objetivo explorar y analizar factores que afectan en la percepción de la calidad de la educación en México, incluyendo el acceso a recursos, capacitación docente y resultados académicos.
En síntesis, la calidad educativa se define como la integración de dimensiones como la pertinencia, relevancia, eficacia interna, eficacia externa, impacto social, suficiencia, eficiencia y equidad. La buena calidad depende de un currículo adecuado, que la mayoría de los estudiantes accedan a la escuela y egresen en los tiempos previstos, generar aprendizajes significativos para que los puedan aplicar en la vida diaria, junto a su integración social.
También los contenidos deben contar con parámetros aptos que juzguen la veracidad, actualidad y pertinencia, adecuándose correctamente con el contexto en el que se encuentren los estudiantes, así como sus necesidades; además de ofrecer apoyos especiales a quienes lo requieren.
Por un lado, se han logrado mejoras importantes en el acceso y la equidad educativa, la infraestructura escolar, las iniciativas gubernamentales, y la capacitación docente. Estos progresos reflejan un compromiso con la mejora del sistema educativo y han permitido que más niños y jóvenes ingresen a las escuelas, con un impacto positivo en la inclusión y el desarrollo social del país.
La educación ha mejorado cualitativa y cuantitativamente con el paso de los años, la tasa de escolarización neta en educación básica ha aumentado; muchas escuelas mejoraron infraestructura, como patios cívicos techados, canchas deportivas igualmente techadas, implementación de bebederos, y nuevas escuelas.
El gobierno también ha implementado programas y reformas educativas para mejorar la calidad de la educación, como la Reforma Educativa en 2013 y la más reciente, la Nueva Escuela Mexicana, en 2020, y programas de apoyo con becas para estudiantes, incitando a la capacitación continua de directivos y docentes.
Asimismo, es importante mencionar la implementación de recursos tecnológicos, como internet, equipamiento de proyectores o computadoras, mejorando el proceso de enseñanza y aprendizaje y la cantidad de información que puede obtenerse para realizar tareas o trabajos escolares.
Sin embargo, persisten problemas críticos que afectan la percepción y la realidad de la calidad educativa, como la desigualdad de infraestructura y recursos, pues en las zonas rurales y marginadas no cuentan con los servicios básicos adecuados, o son nulos, así como la falta de seguridad en la infraestructura de las escuelas.
El desempeño escolar refleja la calidad de la educación. Reportes del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes, PLANEA 2017, indican que los estudiantes de educación básica tienen problemas de aprendizaje en lenguaje, comunicación y matemáticas. Además, a pesar de existir pruebas evaluativas del sistema docente, existen carencias en actualización y formación académica.
Estas deficiencias tienen consecuencias graves, como la deserción escolar y el bajo rendimiento académico, que deben ser abordadas con urgencia para asegurar una educación de calidad para todos los mexicanos.
Para avanzar hacia una mejor educación, consideramos que es necesario promover la colaboración entre los distintos sectores de la sociedad, incluyendo al gobierno, el sector privado, la sociedad civil, las instituciones educativas y a las propias comunidades. Trabajar en conjunto puede mejorar el intercambio de recursos, experiencias y mejores prácticas educativas, así como identificar soluciones innovadoras para los desafíos educativos en México.
*Estudiantes de cuarto semestre en la Licenciatura en Pedagogía de la Universidad de Colima. Artículo escrito en el curso “Formación Ciudadana”, impartido por Juan Carlos Yáñez Velazco.
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