Mié. Oct 9th, 2024

EDITORIAL: Rutina de autocuidado

En el marco de la Semana Universitaria de “La lucha contra el cáncer de mama. Octubre Rosa todo el año”, que organiza el Voluntariado de la Universidad de Colima, liderado por Blanca Liliana Díaz Vázquez, con diversas actividades se nos invita a reflexionar sobre un tema vital: concientizarnos todas y todos sobre esa enfermedad no debe ser cuestión de una sola semana o de un mes, sino un compromiso constante, especialmente entre las y los jóvenes universitarios.

Es fácil asumir que el cáncer de mama es un problema exclusivo de mujeres mayores. Sin embargo, aunque el riesgo aumenta con la edad, la prevención y el diagnóstico temprano son esfuerzos que deben comenzar desde la juventud. La autoexploración es una de las herramientas más poderosas que tenemos para detectar signos tempranos. Por eso es fundamental que las y los estudiantes universitarios adopten ese hábito como parte de su rutina de autocuidado.

En ese sentido, la Universidad de Colima y su Voluntariado juegan un papel crucial en la promoción de una cultura de prevención y conciencia. No se trata solo de hacer eco de las campañas de Octubre Rosa, sino de extender ese mensaje durante todo el año. La información y la sensibilización deben ir acompañadas de acciones concretas.

Por ello, es imprescindible que las instituciones académicas, como la nuestra, continúen impulsando acciones, actividades y programas de formación que enseñen a las y los estudiantes a autoexplorarse de manera adecuada y periódica.

Es importante subrayar que esa lucha no es solo de las mujeres. Aunque el cáncer de mama afecta principalmente al sexo femenino, los hombres también pueden padecerlo. Por lo tanto, los varones universitarios no deben excluirse de ese tipo de campañas, sino sumarse como aliados en la promoción del diagnóstico temprano.

Finalmente, nuestra comunidad universitaria tiene el potencial de ser un faro de cambio, generando una cultura de responsabilidad personal y colectiva. Así, al practicar la autoexploración y fomentar el diálogo sobre la prevención, los y las jóvenes no solo cuidan de sí mismas, sino que también se convierten en agentes activos en la lucha contra el cáncer de mama, demostrando que, en efecto, Octubre Rosa puede y debe durar todo el año. El conocimiento salva vidas, y en nuestras manos está el poder de compartirlo.

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